Hace milies de años atrás existió un guerrero llamado Sajim, era el comandante del ejército del pueblo de los Komaike. Durante muchos años fue entrenado para ser el líder de un gran ejército, se destacaba por el buen uso de la espada y en la lucha cuerpo a cuerpo. Por mucho tiempo estuvo al frente de grandes batallas defendiendo las tierras de su pueblo del ataque de pueblos invasores, no había quién le ganara a Sajim y a su ejército.

Después de mucho tiempo Sajim ya había ganado fama como gran guerrero. El pueblo de los Kaikokones quiso invadir las tierras de los Komaike. Los guerreros Kaikokones eran hombres de mucha altura y muy fornidos, con mucha destrezas en el uso de la espada y las lanzas. El ejército de Sajim salió en defensa de su pueblo, estuvieron horas y horas luchando, nunca antes le había tocado luchar durante tanto tiempo, perdieron muchos combatientes y lugares estratégicos en el campo de batalla, ya casi oscurecía y debía hacer algo antes de que cayera la noche, era cerca de las cinco de la tarde.

Lo que no sabían los guerreros Kaikokones era que Sajim había desarrollado poderes psíquicos que le permitían ralentar el tiempo para lo demás estando él en tiempo real, y poder así tomar ventaja para poder acomodar a su ejército en posiciones estratégicas y tomar ventaja de sus opositores. De esa forma Sajim logró rediseñar sus estrategias de batalla y vencer al poderoso ejército de los Kaikokones.