Alika, hija de Daren, terminado su rito de purificación, se internó en el sendero dejando atrás el coro bullicioso de las otras niñas. La pesada malla la cubrió; gritó hasta recibir el golpe; que produjo un relámpago en su mente. Despertaría en aquella nave, rodeada de extraños con un hablar ininteligible.

Adanna, hija de Leiza, nieta de Alika, no tuvo oportunidad de correr; fue arrancada de cuajo, de la normalidad de su pueblo, por seres con cascos cornudos sobre su larga pelambre dorada.

Greetje, bisnieta de Jacoba, bisnieta de Adanna, sintió el pinchazo, luego los efectos del fármaco. Raptada en el estacionamiento de su trabajo, retomó su conciencia a once kilómetros de altura, la rodeaban figuras implacables, de mirada gélida.

Drake, nieto de Greetje, reapareció en la costa de Chester, sin explicación, después de seis meses. La revisión médica lo declaró sano. Dieciséis años después celebraba el decimoquinto cumpleaños de sus gemelos. En la recepción, cuidadosamente planificada, en alta mar, habría un invitado, de la misma edad de los celebrados, por cada uno de sus años de vida.

Ross y Axel, hijos de Drake, de la duodécima generación desde Alika, reían entre la treintena de sus hermosos y saludables amigos. El padre miró el reloj, en cinco minutos se haría el brindis; todo estaba controlado.

Cuando se descorchó el champán, Drake levantó la mirada: frente a la esplendorosa luna llena se recortó la imagen de la nave que lo regresaría a su planeta con dieciséis parejas terrestres, listas para procrear. Guiaría el majestuoso artefacto.

Participa en este interesante ejercicio, lee las bases aquí:
https://steemit.com/spanish/@trenz/concurso-de-microrrelatos-de-ciencia-ficcion-microcifi256-semana-9-abduccion