Marxismo y Temor
Saul Bellow plantea que en América (USA, para que estemos claros) no existe la posibilidad de una pobreza hermosa, de una pobreza moral, porque en sí misma sería subversiva, por lo cual la única pobreza que tiene cabida allá es fea. Bellow era un gran autor, pero no hacía alardes de científico social y por tanto, no debe ser tomada su afirmación como una forma tajante e ineludible de comprender alguna parte de la realidad social. Partiendo de esa premisa, acaso logre dar en el clavo con mayor fuerza y precisión (sin torcerlo o hacerlo volar demasiado cerca del propio globo ocular).
En Venezuela, por el contrario, se ha pretendido idealizar la figura de la pobreza, algún autor de poco renombre, publicado por el Banco Central de Venezuela, ha reconocido las contradicciones del socialismo en Europa (su evidente fracaso como forma de intervención de la realidad), concluyendo que debe tenderse hacia una redefinición de esta ideología, partiendo de los saberes derivados de la experiencia de las clases desposeídas. Aparte de que, por lo común, quien prescribe tal remedio casi siempre ha formado parte de una élite intelectual universitaria privilegiada por sus atribuidas dotes espirituales, no está demasiado clara la relación entre pobreza y sabiduría que presupone el autor.
¿Qué pensar de la dimensión epistemológica de estas afirmaciones? ¿Es esto ciencia? Nunca se ha demostrado que el marxismo lo sea, pero sigue siendo tan popular como la astrología o el tarot. De modo que el carácter científico de lo que se expresa no tiene nada que ver con la recepción que le otorgue el gran público ¿Por qué? Aventuro una idea: el ser humano vive en el temor que le confiere su conciencia sobre la incertidumbre del mundo. Cada cual tiene miedos propios y comparte algunos comunes. En general, todos son horribles y mueven a la acción y, sobre todo, a la inacción. Uno acude con fervor ante todo discurso que tienda a disolver el poder de estos demonios. Por eso, creer en la buenaventura que predice el horóscopo o en la indetenible revolución universal, que enviará al basurero o a la tumba, a un sistema explotador del ser humano y a sus principales agentes, son formas de creer que lo terrible que uno teme no va a pasar nunca más.
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