Selva húmeda (continuación)

Por @latino.romano

  Con dificultad comienza su ascenso, sabe que un mal paso significaría su muerte. La lluvia se escucha a la distancia, como enjambres de gotas que avanzan pisoteando las hojas de los árboles.

Se encuentra muchos metros arriba en el peñasco como para detenerse. Pronto los chorrillos de agua que se escurrirán por las rocas serán aceite para sus manos. Intenta acelerar el paso para llegar a la cima de la montaña, pero el cansancio es muy pesado sobre él. Las horas sin dormir hacen mella en sus fuerzas.

Una saliente, parca pero suficiente, le ofrece un momento de paz aparente en su travesía. Desde allí puede mirar la humedecida selva. Kilómetros de verdor extraordinario donde abunda la vida… y también la muerte.

Tan repentina como llegó, así mismo se esfuma la lluvia en el ambiente. El hombre emprende de nuevo su recorrido, y finalmente se encuentra en la cima de aquella montaña, gozando de bocanadas de aire fresco y de los últimos rayos del Sol.

A sus pies yace como alfombra natural, una pequeña flor morada de atractivo aroma. Se agacha para contemplarla. Saca un envase de su mochila y lo llena con muchos pétalos de la curiosa planta. Será medicina para su amada, para salvar su vida del seno frío y oscuro de la muerte.

Ahora deberá pasar la noche allí, y sobrevivir a los peligros de las sombras, para luego emprender su viaje de regreso.

Esta historia comienza aquí