Relativismo o verdad esa es la disyuntiva.
Todos queremos encontrar la verdad, todos queremos saber de ella, tenerla para nosotros y vivir en la perpetua despreocupación que da tener la razón siempre.
No dudar de nada, saberlo todo, conocer lo que fue, es y será. Este utópico grial que muchos creen poseer, otros aspiran encontrar y que todos en algún momento pretendemos hallar.
Hoy está inaccesible, gracias a nuestras propias trabas metales, la educación y la vida atada a unos dogmas de fe, en cualquier tipo de idea que condicione nuestro pensamiento hacia unos patrones, nos hace perder el enfoque y la perspectiva, para siquiera aproximarnos a rozar ese absoluto.
La verdad no admite matices, la verdad ES, con mayúsculas, sin aristas, ni relativas razones, opiniones o subjetividades, solo ES y no admite moldes ideológicos.
Cuando algo es cierto, no es posible discutir, no es posible enfrentarse y no es posible crearse puntos de vista alternos.
Parece de perogrullo, pero solo hay que entrar en la Web, para darse cuenta que hoy la verdad es tan relativa como la mentira, todo es adjetivado, analizado y matizado hasta tal punto que es discutible hasta lo más obvio.
Sea el tema que sea, siempre hay alguien más listo, con más argumentos y con más léxico que tú, para opinar incluso de tú vida como si te conociera mejor que tú mismo.
El relativismo ha infectado tanto las mentes que ya no somos capaces de ver nada con absoluta nitidez, ahora todo es relativo, por lo tanto todo se discute, se debate y se opina.
En un principio puede ser hasta democrático, pero llevado al extremo no hace más que perpetuar el absurdo, llegando a la sordidez más surrealista, alargando una eterna agonía en la que la razón de la sinrazón campa a sus anchas destrozando cualquier ápice de certeza.
El siglo XX nos mostró el relativismo como un gran descubrimiento científico, pero en realidad lo que nos enseñaron fue a crear distancia con el absoluto.
La verdad dependía de varios factores sujetos a relativos puntos de enfoque, con lo que al final solo manejamos distintas formas fragmentadas de verdad, adjetivadas, analizadas y matizadas.
Hemos preferido hipotecarnos el futuro abrazándonos a conjeturas irresolubles, teorías indemostrables e hipótesis inconclusas.
La verdad es fractal y siempre ES verdad tenga la forma o el tamaño que tenga, no admite discusión, opinión o análisis que valga, es lo que conocemos como absoluto, veas desde el punto de vista que lo veas jamás variará un ápice su integridad.
Si no entiendes este concepto, llena un vaso con agua y pregunta a tus seres cercanos, familia o amigos que opinen sobre lo que ven, todos opinaran de forma distinta, todos relativizaran sobre la cantidad, la pureza, la temperatura o lo que sea, pero nadie discutirá sobre su contenido, porque esa es la verdad.
Todos podremos ver el vaso medio lleno o medio vacío, pero nunca habrá disparidad en admitir que el contenido es agua.
Esto es lo hemos perdido, nos fijamos solo en el continente y no en el contenido, lo que nos hace perdernos en relativismos y pasar por alto el absoluto, la verdad integra y sin matices.
Nos distraemos en perpetuos tiras y aflojas, midiendo, analizando y sopesando cualquier cosa, obviando casi de forma deportivamente enfermiza, lo que nos une y solo vemos aquello que nos enfrenta, que por norma es tan relativo y subjetivo, que no debería hacernos perder un segundo, pero en cambio llevamos miles de años discutiendo pequeños detalles que potencian la diferencia y no la unión.
Unión que hoy es tan relativa que nadie podría decir que somos de la misma especie, hasta ahí, llega la estupidez relativista, que como todos los conceptos paridos desde este sistema, el cual ideologiza y etiqueta hasta el absurdo, esos "ismos" que son los trapos a los que todos entramos a poco que nos los muestran.
Batallas que no son nuestras batallas, pero a las cuáles vamos a muerte a la mínima que piden voluntarios.
La inactiva forma de ser, que nos muestra el programa del modo "ser normal", indica que el relativismo nos empuja a dos amplias y profundas lagunas mentales,
• aquella en las que se naufraga en el integrismo de la razón, en la que lo relativo se transforma en verdad y lo arbitrario e inconcluso en dogma
• la que nos empuja a no comprometernos con la verdad alejándonos de ella con falsa modestia, tratando de no parecer un fanático, un irracional o un loco, para al final parecer un estúpido
Lagunas mentales llenas de pensamientos vacuos, relativo a lo propio y lo ajeno, relativo a la vida y la obra, los actos y la justicia, todo un océano de relativos presuntos, que hacen que naufraguemos sin remedio en la eterna divagación.
Jamás concluimos nada, no nos cercioramos de nada, no tenemos ni una sola certeza, ni un solo recuerdo de algo que sea verdad y que no haya nadie que lo rebata, todo quedo etéreo, difuso y adimensional, lo relativo de lo relativo, pero ninguna verdad.
Fuente:
https://www.bibliotecapleyades.net/ciencia2/ciencia_conscioussociopol407.htm
Tremendo artículo muy bueno, es un tema bastante interesante, tratado en algunas partes de manera superficial, pero le das un toque de mayor profundidad. Está al nivel de un libro llamado 1984 escrito por GEORGE ORWELL hace mucho tiempo, donde, aprovechando la relatividad el GRAN HERMANO maneja toda la información y la verdad de la gente se transforma tan subjetiva que pareciera que día a día esa verdad cambia.
Gracias por tu comentario.