Café Café Café
Café Café Café
Abre los ojos y presta atención: aún falta una hora para que suene. Cierra los ojos. Tras cincuenta y nueve minutos, va a sonar la alarma. Ya es hora; levántese. Cuando se encuentre de pie, vaya directamente hasta la cocina, saque el café del tarro o la típica bolsa y llene una olla pequeña con agua. Haga la mezcla y a continuación bébala, probablemente una sensación moderada recorra todo tu cuerpo, luego sentirás que tu rostro, desde la quijada hasta el último dedo de frente, se estira como una masa flexible. Calma, por nada del mundo debes alterarte; tome asiento y piense, relájese, para eso bebió la infusión, para pensar y relajarse un rato. Levántese de nuevo, siga las instrucciones paso por paso: deje la taza en la mesa. ¡No! ¡En la orilla no...!
Empecemos de nuevo. Abre los ojos y presta mucha atención: aún falta una hora para que suene. Cierra los ojos. Tras cincuenta y nueve minutos, va a sonar la alarma. Ya es hora; levántese. Cuando se encuentre de pie, vaya directamente hasta la cocina, saque el café del tarro o la típica bolsa y llene una olla pequeña con agua. Haga la mezcla y a continuación bébala, probablemente una sensación moderada recorra todo tu cuerpo, luego sentirás que tu rostro se estira como una masa flexible. Calma, por nada del mundo debes alterarte; tome asiento y piense, relájese, para eso bebió la infusión, para pensar y relajarse un rato. Levántese de nuevo, siga las instrucciones paso por paso: deje la tasa en la mesa. Bien, ahora sí, vístase, arréglese; dentro de cincuenta minutos usted saldrá por esa puerta. Mientras, siga las instrucciones: colóquese el pantalón, o algo que le cubra de la cintura para abajo, eso incluye medias y zapatos. De nuevo, vaya a la cocina y tome la tasa. Sírvase más café. ¿Feliz? Vuelva otra vez a su habitación y continúe vistiéndose. Busque algo que le cubra de la cintura para arriba: una franela o una camisa estaría bien. Y quizá un suéter. El suéter es una buena opción, pero no es necesario, simplemente elija. Listo. Ahora vuelva de nuevo a la cocina, busque la tasa y sírvase café una vez más. Siéntese. Disfrútelo. Existe la posibilidad de que esta sea la última vez que lo beba, así que cuando lo haga, bébalo como si fuera el último. Ya puede usted irse.