Corría el año 2007 cuando decidí visitar a un doctor, con quien tengo una gran amistad y cariño, para consultarle sobre la dificultad para conciliar el sueño que estaba padeciendo, producto del stress cotidiano y laboral.

Luego de realizar las evaluaciones que él consideró necesarias para conocer mi estado de salud general, terminó por aconsejarme determinadas medidas que debía tomar con respecto a mis hábitos cotidianos para solventar la situación con el sueño. Por último, me invitó a que tomara clases de natación si deseaba romper con las molestias que estaba sintiendo.

Entre las diversas recomendaciones médicas que he recibido en el transcurso de mi vida adulta, ésta ha sido la que he recibido con mayor entusiasmo y que, a la vuelta de unos años tras dedicarle tiempo y constancia, trajo gran satisfacción a mi vida.

A pesar de vivir en una ciudad que está a las orillas del mar, nunca había tenido la inclinación por aprender a nadar, más allá de flotar, que es lo primero que aprendí a hacer en el mar. Afortunadamente, cerca de mi casa disponía de dos sitios diferentes para escoger dónde tomar mis clases de natación, todos los días, a partir de las 8:00 p.m. después de mi jornada laboral.

Yo inicié mis clases desde el nivel básico y, un año más tarde, formamos un grupo de entusiastas nadadores de diferentes niveles de rendimiento atlético, para competir en la Triple Corona de Natación Master Amistad que se realizaba a nivel nacional.

Tuve la oportunidad de asistir a la I Triple Corona de Natación del año 2008 que se realizó en el Complejo de Piscinas de la Universidad de Carabobo. Valencia. Venezuela.

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Posteriormente, ese mismo año, asistí a la II Triple Corona de Natación en el Estado Mérida en el precioso Complejo Deportivo Cinco Águilas Blancas. Mérida. Venezuela.

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En ambas oportunidades mi participación tenía la finalidad de ir superando mi rendimiento y resistencia en este deporte. No gané ninguna medalla pero disfruté plenamente de estas experiencias que no siempre se tiene la oportunidad de vivir y, sí, mis tiempos mejoraron.

Nadar regularmente trae muchísimos beneficios para la salud:
• Permite que la mayoría de los músculos de nuestro cuerpo se ejerciten y fortalezcan.
• Ayuda a mantener al sistema respiratoria y circulatorio saludables.
• Contribuye a perder el exceso de peso.
• Ayuda a corregir y mejorar diversos problemas de la espalda y la columna vertebral.

En mi caso me ayudó a liberar el stress acumulado durante la jornada diaria, permitiendo así a mejorar mi problema para conciliar el sueño y contracturas musculares. Además, me permitió conocer personas con quien aún mantengo amistad.