El jarabe de maíz en una soda al día puede dar a los ratones tumores de colon más grandes

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Soda podría alimentar un torneo épico de videojuegos o una fiesta de cumpleaños maníaco de 5 años de edad, pero un nuevo estudio sorprendente ha encontrado que en ratones propensos a tumores, que conduce a otra cosa por completo: el crecimiento del cáncer de colon. Aunque no está claro que los humanos reaccionarían de la misma manera que los roedores, los investigadores que realizaron la nueva obra dicen que sus resultados podrían ayudar a explicar un reciente aumento del cáncer de colon en los adultos jóvenes, e incluso podrían apuntar a maneras de tratar la enfermedad.

"Esta es probablemente la evidencia más directa hasta la fecha de que el azúcar, separado de la obesidad, puede impulsar la progresión del cáncer. Es un modelo para lo que sucede si estás predispuesto al cáncer de colon y te chulas una Can de coca-cola al día ", dice el bioquímico de la Universidad de Princeton Joshua Rabinowitz, quien no estuvo involucrado en el estudio.

Las ventas de bebidas azucaradas despedieron en la década de 1980, cuando los subsidios al maíz en los Estados Unidos dieron como resultado un jarabe de maíz barato y de alta fructosa que inundó el mercado y reemplazó el azúcar de mesa. Desde entonces, nuestra sed de Big Gulps ha sido culpada por el aumento de las tasas de obesidad e, indirectamente, el cáncer. La obesidad causa inflamación, pensada para ayudar a los tumores a crecer. El cáncer de colon en particular, cuyo índice ha estado aumentando en personas menores de 50 años, ha estado ligado al sobrepeso. Pero el bioquímico Lewis Cantley en Weill Cornell Medicine en la ciudad de Nueva York y su entonces Postdoc, Jihye Yun, se preguntaban si había una relación más directa entre las bebidas dulces y el cáncer.

Junto con el postdoctorado de Weill Cornell Marcus Goncalves y sus colaboradores, estudiaron ratones que desarrollan tumores de colon porque carecen de un gen, llamado APC, que ha demostrado predisponer al mismo cáncer cuando está discapacitado. Cada día, los investigadores Chorrearon alrededor de una décima parte de una cucharadita de agua que contenía un 25% de jarabe de maíz con alto contenido de fructosa en los estómagos de los animales. Era muy poco azúcar para hacer que los ratones ganen peso, pero seguía siendo el equivalente a casi una lata de soda al día.
Los imanes de azúcar no desarrollan más tumores de colon que los ratones a los que se les dio agua normal. Pero después de aproximadamente 2 meses, la mayoría de los tumores en los roedores que nadan azúcar se habían vuelto más grandes y más invasivos que los tumores de los ratones de control, el equipo de Cantley informa hoy las pruebas con glucosa y fructosa con etiqueta isotópica (los dos componentes del jarabe de maíz con alta fructosa) revelaron que gran parte de la fructosa saltó sobre su vía regular de absorción en la sangre a través del intestino delgado y en su lugar fue directamente a la gran intestino, o colon, donde las células tumorales lo aspiraban junto con la glucosa.
Una vez dentro de las células tumorales, la fructosa fue desglosada por una enzima llamada fructoquinasa (KHK), que redujo el nivel de energía de la célula y desencadenó más metabolismo de la glucosa para restaurarla. Esta glicolisis también produjo las grasas necesarias para que las células tumorales crezcan, descubrieron los investigadores. En ratones diseñados para carecer de la enzima KHK, así como de APC, los tumores no crecieron más que en el control de los animales Knockout de APC que no tienen jarabe de maíz.

El equipo dice que los resultados del ratón sugieren que las bebidas dulces, incluidas las que contienen azúcar de mesa (también una mezcla de fructosa y glucosa), podrían acelerar el crecimiento de los pólipos precancerosos en personas que de otro modo podrían tardar décadas en desarrollar cáncer. "Incluso una cantidad modesta de bebidas azucaradas podría acortar el tiempo que tarda el cáncer en desarrollarse", dice Yun, ahora profesor asistente en el Baylor College of Medicine en Houston, Texas, donde su laboratorio ayudó a completar el estudio.

"Los experimentos están bien realizados y los resultados son convincentes", dice el fisiólogo Luc Tappy de la Universidad de Lausana en Suiza. Pero él y otros advierten que aún no está claro cuán relevantes son los experimentos de roedores para las personas, que pueden atenuar los efectos del jarabe de maíz bebiendo refrescos lentamente o con alimentos. "¿Está aumentando moderadamente o levemente el riesgo? ¿O es insignificante en comparación con otros factores de los que somos conscientes? ", dice el médico-científico Mark Herman de la Universidad de Duke en Durham, Carolina del norte.

Para responder a esa pregunta, el equipo de Cantley espera estudiar si una dieta baja en azúcar ralentiza el crecimiento del pólipo intestinal en personas genéticamente predispuestas a desarrollarlas. También sugieren un fármaco inhibidor de KHK en ensayos clínicos para la enfermedad del hígado graso potencialmente podría añadirse a los fármacos estándar como parte de un ensayo clínico para tratar a las personas con cáncer de colon.
Ratas alimentadas con maíz transgénico desarrollaron tumores del tamaño de pelotas de ping pong,Francia intenta que Bruselas ponga control a este tipo de alimentos.

Hasta ahora han conseguido que mediante una moratoria que no se permita el cultivo de maíz transgénico en su territorio.las ratas que fueron alimentadas con el maíz transgénico NK603, en algunos casos tratados con el herbicida Rondup, presentaban una mortalidad netamente superior que la población de referencia y muchos más tumores. "Es la primera vez que se analiza el impacto sobre la salud de un alimento genéticamente modificado y un pesticida, más allá de los de la industria. Los resultados son alarmantes", ha afirmado a Afp Gilles-Eric Séralini, profesor en la universidad de Caen y uno de los responsables del estudio.

El ministro de Agricultura de Francia, Stéphane Le Foll, señaló que va a pedir reglas europeas "mucho más estrictas" para la autorización de transgénicos, tras la publicación de este informe que pone en evidencia la presunta toxicidad de un maíz genéticamente modificado.