Lo bello de la inocencia (reflexión) Por G. J. Villegas

Lo bello de la inocencia es no poder sentir rencor por mucho tiempo, es molestarse enormemente por algo que no entendemos, y volver a ser felices por solo recibir una sonrisa o un gesto amable. Es resolverlo todo con una promesa y un abrazo.

Lo bello de la inocencia es no tener límites para impresionarse, para admirar hasta la más simple flor, la más pequeña mariposa; y sentir que estamos ante un gran descubrimiento. Que hemos aprendido algo que nadie más en el mundo sabe.

Lo bello de la inocencia es pasar el día cantando y bailando. Creando lo que consideramos música y mostrándolo a otros sin vergüenza alguna. Reír sin ser criticados. Escuchar a otros entonar melodías y no envidiarlos por su talento.

Lo bello de la inocencia es poder ser amigo de todos, no tener fronteras en nuestra mente ni entender de razas o etnias, de culturas o colores distintos. Creer que nuestra familia abarca al mundo entero. Tener tíos y tías, abuelos y primos en cada rincón de la Tierra, en cada personas que conozcamos.

Lo bello de la inocencia es esperar que los demás sean inocentes también. Que miren el mundo sin las ataduras del prejuicio o el odio. Creer que hay amor desinteresado detrás de cada acción, de cada saludo, de cada beso. Creer que siempre serás amado sin importar los pequeños errores que cometas.

Lo bello de la inocencia… es que a todos nos gustaría ser verdaderamente inocentes, o al menos seguir siéndolo por siempre…