No sabía que era india hasta que estuve en Caracas. Y descubrí que estaba mejor así.

Como siempre, obsesionada con los atardeceres

No lo había mencionado antes, pero soy de Puerto la Cruz, estado Anzoátegui. Un estado costero y mi radio de acción está en toda la zona norte. Además toda mi familia vive en la Isla de Margarita y desde siempre he viajado, en la actualidad lo hago todos los meses. El denominador común de todo esto: siempre he vivido relajada cerca del mar.

Fotografía de hace unos 10 años tomada con la cámara de un teléfono que probablemente era de 2 píxeles

Mi revelación vino en junio del año pasado, cuando por primera vez viajé a Caracas no de paso sino a estar varios días. Mi esposo estaba haciendo un diplomado en una universidad allá, tenía que ir toda una semana completa una vez al mes durante seis meses, y yo ni corta ni perezosa me fui junto a él, sin saber en realidad con qué me encontraría en el sitio donde nos quedáramos.

Sospeche que era desesperante vivir en Caracas porque en el hotel habían dos puertas para suicidarse en cada una de las habitaciones

Yo solo quería curiosear, aunque, estaba escéptica porque en dos oportunidades años atrás fuimos sólo de ir y regresar el mismo día para hacer una diligencia. En la primera oportunidad no pudimos regresarnos a Puerto la Cruz y tuvimos que buscar dónde pasar la noche; decidimos pasear y conocer, aunque sabiendo de los peligros y horrores, con precaución y estando en el metro, la puerta cerro con mi brazo adentro y mi cuerpo afuera, así que me aplastó el antebrazo y se llevó a mi esposo sin mí. La segunda vez tuvimos que usar el metro en la hora Silent Hill, 06:00 a.m. y durante la avalancha de peatones tratando de salir alguien hizo que la pierna de él quedara atrapada entre el riel y el puesto de espera de los que se van a montar y como consecuencia, por supuesto, estuve yo el resto del viaje con una basurita atravesada en los ojos.

Bueno le di otra oportunidad a Caracas, esta vez fue más positiva, estábamos hospedados en Bellas artes y tenía al frente, al lado atrás y adelante sólo museos y el teatro más reconocido a nivel nacional; el Teatro Teresa Carreño. Así que tome un solo día para recorrerlos todos. En Puerto la cruz este acceso a la cultura no existe, así que fue una agradable y extraña sensación tener esa oportunidad, excepto por el hecho de que debía disfrutar del paisaje mientras veía hacia mis alrededores si me estaban siguiendo o si había algún antisocial mirándome fijamente esperando la oportunidad perfecta para atracarme.

Bellas artes, horrible zona

Fue agradable ver que existe ese ambiente donde la gente está en constante búsqueda de ampliar sus conocimientos y sensibilizarse con su entorno, aunque creo que haber nacido y crecido en un entorno tan rústico me hace encontrar innecesario salir de tu casa a un cafetín a sentarte a leer un libro, o hacerlo mientras caminas por la calle, o mientras vas en un bus.

Museo de ciencias naturales, una carnicería exótica

Supongo que hasta el clima que en su normalidad está a 10 grados menos que en PLC influirá en las cosas que la gente puede disfrutar en la calle. Por lo general, si vives en mi ciudad, solo sales porque tienes que trabajar, y haces todo lo posible por minimizar la duración con la que te expones a un perímetro que no tenga el amparo de un aire acondicionado, asi que no, en Puerto la Cruz nadie sale a leer a Kafka a las 12:00 pm en el Paseo Colón.

Bañándome con ropa porque aparentemente estar a menos de 34ºC es demasiado para mi

En mi ciudad son muy pocos los edificios de tan altos pisos y no hay tal cosa como sótanos de estacionamiento de cinco niveles, nunca te encuentras a ti mismo caminando bajo el suelo de otros. Ya solo queda un centro comercial donde se puede decir que te arreglaste para visitarlo y ver qué hay en él y lo más importante, todos caminamos por la calle más relajados, el autobús se para en donde saques la mano y no sientes ese terror ABSOLUTO por estar en la calle. Puerto la Cruz tiene zonas muy peligrosas, pero hay lugares donde puedes caminar sin sentir que ese día de seguro te van a matar, como sucede en Caracas. Supongo que es el sacrificio por tener un clima que te haga cuestionarte para qué naciste.

Qué puedo decir, pensé que sabía mucho hasta que estar en una simple ciudad que ante los ojos del mundo se quedó estancada en el tiempo, los edificios tan altos, los cerros kilométricos, el clima refrescante, son tentadores, sí, pero yo no podría vivir donde no pudiera ver hacia el mar.

Juangriegolieber

Todas las imágenes fueron tomadas por mí, unas de hace un año, otras de hace diez :)