El rincón del vicio

in #life4 years ago (edited)

Cerca de 800.000 personas se suicidan cada año.

En el mundo hay unos 29 millones de consumidores de anfetaminas y estimulantes análogos, mientras que existen unos 21 millones que toman "extasis".

Las muertes por sobredosis superaron las 70.000, mientras que la tasa de suicidios aumento en un 3,7%.


"Los monstruos son reales, los fantasmas son reales también, viven dentro de nosotros y aveces, ellos ganan"- STEPHEN KING"

El rincón del vicio

Es hora de ir a clases, cada mañana lo mismo. Aunque siempre de distintas maneras se vive una misma rutina. ¿Mi nombre? No importa. Soy nadie. No hay que perder el tiempo así, «directo al grano» ¿no?, como dicen los chavos de mi edad. Y ahora una calle llena de rostros que observan, rostros tristes y miserables en realidad.

Como todas las mañanas, el señor Ricardo sale a trabajar. No sin antes ponerse su cara de cansancio, lo que nunca debe faltar. Y ahora la anciana de la vuelta de la esquina, por un instante al pasar puedo verla sentada en su silla, mirando hacia... No lo sé, en realidad. Así son los viejos cuando ya van a estirar la pata. Cuando no tienen nada más que hacer que solo «estar». Hoy hablan de droga en una de las clases. Debes en cuando me lanzan una que otra mirada, a mi, el típico rarito de la esquina. Al menos algo ha cambiado, si. Ya dejaron de meterse conmigo. En la escuela, ciertos niños, aprovechaban los ratos en los que estaba solo. No desperdiciaban ni un segundo. Una vez todos estaban en clase y yo salí con la escusa de ir al baño. La verdad es que tantas voces me fastidiaban y solo quería un poco de soledad. Ninguna palabra es más bella que el silencio. Uno de los peores días de mi vida, lo recuerdo bien. No me había fijado que al salir y caminar por los pasillos ellos me estaban siguiendo. Fue cuando escuché unos pasos acercándose, eran dos, siempre eran dos. El imbécil de Jeremy y su cómplice. ¿Qué quieren? Fue lo que alcance a preguntar, aunque inevitablemente sabiendo la respuesta. Me tiraron al suelo, y luego una patada. Odio ensuciarme la camisa blanca de educación física y como si fuera el colmo los imbéciles me agarraron cada uno de los zapatos antes de que pudiera escapar. Me arrastraron por los pasillos hasta que me hicieron llorar y gritar pero con todo y eso no pararon. "Me las van a pagar todas" lo dije con mucha rabia. ¡Eh! ¿Dije que fue uno de los peores días de mi vida? Pensándolo bien eso no es nada, ya han habido peores.

Luego a eso de los 13 años de verdad me dolía el pecho en algunas ocasiones. Aguantar las ganas de llorar, caminar y aparentar que todo está bien cuando sabes que estás a punto de explotar. Para ese entonces ya estaba en el otro colegio y Jeremy y sus secuaces no estaban para torturarme. Suspirar con alivio fue la mejor parte del primer día, sin saber que despertaba de una pesadilla para entrar a otra. Qué ironía de la vida. Fue entonces la primera vez que escuché "Eres un pinche drogadicto", insultos sin base en realidad porque no había probado la droga hasta hace unos días. Decían entre risas que parecía un esqueleto andante, y entendí porque algunos primos me dicen «Hueso». Yo solo me reía con ellos, descartando la evidente posibilidad de que era el protagonista de sus chistes. Intentando encajar. Un par de años más tarde, salimos de clases y me llamó uno de los chicos populares. Me alegré para mis adentros. Qué idiota era para ese entonces. "¿Cómo puedes tener el cabello tan largo? ¿Cuando te bañas no se te mete por el culo?" Y explotaron en risas. Tenía ganas de decirle algo, que imbécil, ni siquiera lo tengo tan largo como para que me llegue hasta allí. Me limité a quedar un momento pasmado y darme la vuelta, así sin más, ¿Quéue podía hacer? Aunque ahora si me dijeran algo tan estúpido como eso le vuelo los dientes sin pensarlo dos veces. ¡Ay, la inocente juventud! Aunque eso solo pasa en mi imaginación. Porque estoy seguro que si un idiota comenta algo absurdo lo ignoraria. Y no es que tenga miedo de hacerme respetar, ¡No! ¡Por Dios! Es solo que no perdería el tiempo con semejante escoria. Tenemos que saber hasta qué punto hay que meterles el freno. Cuando tenía 16 era todo un suicida, me encanta sentir el dolor y la sangre a través de una herida. Pero ya me aburre. Cicatrices vacías y sin sentido. Aunque admito que no me ha dejado de gustar ese placer. Cuando me caigo o me cortó, me hecho un chorro de limón en la herida fresca. ¡Y WOW! ¡Arde como el infierno! Si te hechas sal o alcohol no es lo mismo, créeme.

En clases cómo está solo intentan meternos miedo, enserio. Antes pensaba que la droga destruye a las personas, que las vuelve mierda. Qué te transformas en una persona distinta y cambias, mueres mentalmente. Y en lo único que pensaras es en droga. Pero no. Hace unos días, me entró un dolor de cabeza horrible que no me dejaba dormir, esos dolores cada vez me dan más seguido. Soy deficiente de la vista, yo mismo me diagnostique. Necesito usar lentes, esos que nunca me compraran mis padres. Y cada vez está peor.

24 de febrero del 2019 a las 11:00 de la noche, recordé que traía una pastilla en mi cartera. Era la mitad de una pastilla morada de 600 mg, según escuché decir a mi tía. Dijo que sólo le diera la mitad a mi hermanito, ya que es una pastilla muy fuerte. Me senté en mi cama y la mire por unos segundos, me deje llevar por la curiosidad supongo. Hace un tiempo hice mi propia investigación sobre las drogas, según entendí que la marihuana era la única droga que no se vuelve adicta, claro, también depende de la persona que la ingiera y que no sea seguido. Pero en ese momento todo me valió madres, convertí un pequeño pedazo en polvo, lo puse en mi dedo y por el agujero izquierdo de mi nariz lo inhale todo. Como si fuera lo más normal, como si lo hubiera hecho antes. Al instante sentí como el impacto me obligó a parpadear, se sintió bien. ¡Joder! ¡Se sintió realmente bien! Cómo si por un segundo se distorsionara el mundo. Pensé que en realidad estaría mal quererlo sentir una segunda vez, así que lo deje así. Aunque sinceramente no he dejado de pensar en ese sentimiento. Me tragué el resto de la pastilla y al rato ya estaba dormido. Y ahora, esta clase me hace pensar muchas cosas. No tienen ni idea. Ahora entiendo a los drogadictos, pobres almas en pena que aún están vivas. Si se le puede llamar a eso vida claro.

¿La droga enserio destruye a las personas? ¿O son las personas que buscan destruirse con ella? No pueden juzgarlos, solo una persona que ha consumido sabe lo que se siente. Es como cuando una persona se cae, y siente el dolor. No es lo mismo que lo diga alguien que lo ha sentido a que lo diga alguien que solo lo ha visto. Y luego aquí este profesor: "Sé lo que la droga le hace a las personas" orgulloso de nunca haberla tocado. Y luego el testimonio de un drogadicto en recuperación: "Estar así, es horrible" orgulloso de haberse recuperado. Y luego el que es drogadicto, ese. No, ese no. Ese en vez de estar orgulloso, le vale madres todo. Y es él, sin opinión, sin una voz. Es el que puede callar mientras todos a su alrededor dicen cómo se siente, cómo está. Es triste, la verdad. Aquel ser orgulloso de no haber caído es el que tiene voz. ¡Y con esto no quiero decir que drogarse esté bien, por Dios! ¡No! De hecho, no sé por quien siento más pena, por el drogadicto, o por el que está "sano". Porque el que habla no sabe lo que piensa el que escucha. Y el que calla, no sabe que tiene voz.

¿A veces suelo preguntarme, a que mundo pertenezco yo? Ah claro, al de Wattpad porque aquí estoy.

Jajaja era broma. Era broma.

Pues no, solo imagino un mundo para mí. Un mundo en el que pueda estar, y que disfrute estar. No quiero terminar como el señor Ricardo o alguna otra vida miserable. Tampoco quiero llegar a viejo, ser un estorbo para mi familia y solo sentarme en la sombra del patio a ver el cielo. He llegado a mi casa, y no, no es un alivio, no estoy feliz. La persona que más me ha causado dolor en este mundo ha sido José Ángel, me golpeaba sin razón con ese olor a alcohol. Tal vez pienses que es una locura, pero yo creo que todo el mundo es bueno. Lo sé, tal vez sea mi gran error. Y con todo lo que me han hecho no debería de pensar así. Nadie es como es porque si, la vida te enseña cosas que no puedes olvidar, cosas que siempre van a estar allí, en tu cabeza. Nadie es como es porque si, al igual que un drogadicto buscó por primera vez la droga, un asesino o un ladrón hacen lo que hacen por una razón. Y está bien, la maldad ya está en este mundo desde los principios de los tiempos. Y seguirá. No se puede detener. Si un niño escucha a su padre decir una grosería, la va a decir también. Es así. Hay algunos que se plantean su propio concepto de justicia, como si pudieran arreglar la maldad en el mundo.

Un día que José Ángel llegó muy tarde a casa, lo destruí. ¿Quieres saber cómo? La verdad siempre he sido de sentimientos, no lo oculto. Siempre que el llegaba del trabajo lo recibía con un abrazo, no importa si luego iba a golpearme. Esa noche lo agarre desprevenido, yo era solo un niño. Un niño al que le daba miedo tocar un cuchillo. Lo destruí de verdad, esa no era mi intención. Le hice un dibujo y le puse "Te quiero papá", con una gran sonrisa, la sonrisa de un niño. Allí mismo se puso a llorar "perdóname, perdóname hijo" desde entonces lo entendí, lo entendí todo. Y me daba lástima cuando veía a los bravucones abusando de los más pequeños. Qué pena, la verdad. Hace un año hubo un tiempo en el que pensaba en el suicidio, miraba al cielo tratando de despedirme de este mundo. Y de verdad me dolía tanto el pecho que buscaba de inmediato estar solo para que no se me cortará la voz y empezar a llorar en frente de alguien. Allí lloraba mucho, si que lloraba a gritos. Hasta me dolía respirar. Siempre he sentido el presentimiento de que haré algo grande, y quiero ver qué es. También tu, que lees esto, existimos por alguna razón. Nunca he tenido sueños, ni alguna meta. Solo ese presentimiento, nunca he perseguido nada, ni he luchado de verdad por algo. Viviré por ese sentimiento. Elegí seguir vivo, haré con mi vida lo que quiera, porque tengo muchas ganas de volverme mierda. No culpo a la droga, me culpo a mi por buscarla. Por no quererme. Por no poder decir "Soy feliz, soy feliz con mi vida, con mi casa, con lo que soy", ¿Acaso puedes tú decirlo?

Antes de escribir no dude ni un segundo en el título, es increíble, mi vida en una sola historia. No sé porqué se me bino a la mente "El rincón del vago" cuando leí el título, esa pinche página es famosa. A lo que me refiero con El rincón del vicio, es que esta historia no la cuenta el tipo orgulloso que no se cayó. O el que vio la piedra, se cayó, y luego orgulloso de haberse levantado. Esta historia la cuenta el que no tiene voz, el que lo está sintiendo y quiere ser escuchado.

Desde lo profundo del rincón del vicio.

Autor: Arianna Daza.

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