Living in Venezuela #2 - Pacos

Una noche de fiesta como cualquier otra, llegamos a nuestra residencia, un conjunto de edificios de mas de 10 pisos en una colina, zona tranquila y silenciosa rodeada de otras estructuras similares llamada la Boyera. Al llegar al portón nos percatamos que no teníamos el control remoto que abre dicha puerta, decidimos esperar en el carro (automóvil) hablando paja y escuchando música.

Al pasar de minutos un vecino llega en su carro (probablemente de una fiesta un poco alcoholizado) y abre el portón, nosotros emocionados porque ya faltaba poco para dormir.

En eso, el carro del señor se para justo en la entrada, medida de seguridad normal en Venezuela pues la inseguridad es tal que cada ciudadano esta pendiente de quien entra o sale de su residencia y si este es un desconocido lo normal es que te pares justo en la entrada del portón esperando a que este se cierre para impedir la entrada, nosotros ya habíamos previsto eso (no es la primera vez que nos pasaba) y uno de nuestros compañeros y yo bajamos rápido de nuestro auto para evitar que el portón cerrara y hablar con el vecino.

Al conversar con el vecino, mi compañero cuenta como este estaba un poco alcoholizado y asustado por nuestra presencia, lo cual causo en el una actitud un poco alzada y terca (mala actitud si fuésemos malandros de verdad) mi compañero intento explicarle que somos residentes y nuestro control se encontraba dañado, pero el muy cabrón del vecino no sabe diferenciar entre un chamo bueno y un choro, no compro la historia y decidió seguir trancando el paso, yo me encontraba tapando con una mano el sensor del portón que evita que cierre cuando tiene a algún carro en medio.

Mi amigo que estaba de conductor tiene muy poca paciencia, al ver que las negociaciones con el vecino iban de mal en peor uso lo que le quedaba de alcohol en la sangre para maniobrar y pasar por la pequeña brecha entre el carro del vecino y el portón (casi matándome en el proceso).

¡LOGRAMOS ENTRAR! pensé, ya por fin iba a dormir tranquilamente, decía en mi mente, cuando derrepente, el vecino nos empieza a gritar e insultar, el negociador del equipo es muy volátil y al escuchar estos insultos se molesta, lamentablemente para todos se devuelve a insultarlo, el vecino cobarde sube el vidrio y mi compañero lanza un manoton , al impactar el vidrio este explota sorprendiéndonos a todos, el aire se puso pesado, todos los sonidos en mute mientras el vecino se bajaba de el asiento del conductor, su familia se bajaba de las demás puertas de su Twingo color arena medio chocao, todos sabíamos lo que iba a pasar, a riña, pelea y coñaza olía el ambiente.

Empezó la trifulca entre el vecino y mi compañero, al principio mi amigo domino la situación ya que el vecino un poco torpe no sabia lanzar manos (golpes), mi pana le lanzo una y lo tiro al suelo, ahí se quedo golpeándolo un rato hasta que una voz entre el caos se escucho y dijo "ya basta" en eso despierto de mi angustia y le digo a mi pana que se detenga que nos vamos a meter en peo (problemas con la ley), mi amigo se medio calmo y procedió a separarse pero el gafo del vecino quería sangre así que le paso el brazo por el cuello y lo comenzó a ahorcar, ya era momento de actuar, el conductor ya había estacionado y vino corriendo a ayudar, los separamos, el vecino se volvió solo quería matarnos a todos.

entre insultos y provocaciones nos fuimos alejando cual animales cansados, los vecinos asomados en sus balcones nos gritaban cosas que no recuerdo bien, mas que todo cosas cómicas, así somos los venezolanos, jodedores con los peos ajenos, llegue a escuchar una patrulla a lo lejos pero no le preste atención, solo quería entrar a la casa, una amiga que estaba con nosotros estaba asustada y subió rápido abrió las puertas y las dejo así para nosotros, yo fui el único que entro a la casa, me tome un vaso de agua y escuche mi nombre por la ventana. Al bajar me encuentro con mis amigos discutiendo con policias, lo que fataba, estos gafos gritandole a pacos, pense asustado.

Calme a mis panas y le dije que me dejaran hablar a mi (me consideraba el mas apto para la tarea) los policías trataron de intimidarme usando su psicoterapia habitual, funciono un poco pero se dieron cuenta (por alguna razón) de que estaba ladillado y quería dormir, empezaron a mediar con nosotros, a explicarnos que estábamos jodidos, a asustarnos con amenazas pasivo agresivas, yo me harte de tantas gafedades del lenguaje policial y les dije que si nos iban a detener el vecino se venia con nosotros ya que intento matarnos y nos amenazo de muerte.

Después de 30 minutos de negociación "agradable" logre hacer que los pacos se fastidiaran y nos dejaran ir sin siqueria una multa, subiendo con mis dos amigos alcoholizados, sintiéndome el héroe de la película y disfrutando la almohada donde por fin pude reposar.