Mi primer otoño, y en cuarentena
Toda mi vida quise conocer esta estación, siempre me encanto ver en fotos los arboles con tonalidades rojizas y naranjas, hoy puedo verlos desde mi ventana, pero no puedo salir, no puedo jugar con las hojas, no puedo estar afuera de casa, las pequeñas cosas son la suma de nuestra felicidad, pequeños instantes que te hacen sentir que estas vivo, como cuando el sol pasa a través de tu ventana, se asoma un poco y te calienta, y ahí lo sabes... estas vivos, saldremos de esta!
Todo se transformara, todo pasara.
Así es la vida, compleja, jamas la entenderemos por completo. Y aquí estamos luchando contra algo invisible, que nos mantiene aislados y con miedo, el temor de los desconocido, pasa la vida y pasamos con ella, dejándonos pacientemente mucho más envejecidos, pasan las horas y solo lo notamos porque nuestro paisaje se oscurece y aclara a través de nuestra ventana, aquellos que podemos ver a través de una. Ya no hay paseos, ya no hay besos ni abrazos, solo hay silencio y un murmullo de preocupación a través de cada paso de los pocos que caminan y transitan en la cuarentena.