VIÑOLES: EL POETA CUSMERO || Sobre la Décima Espinela: Segunda Parte (2/2)

[Leer Primera Parte] VIÑOLES: EL POETA CUSMERO || Sobre la Décima Espinela: Primera Parte (1/2)

Fotografía de Raúl Salmerón extraída del video:
| "Rafael Arcia, artífice del cuatro cumanés" |

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De modo que la décima utilizada en nuestros galerones se conoce también como “espinela”, obviamente en honor a quien trastocando el orden de las rimas logró, sin proponérselo, hacer de esta composición uno de los patrimonios más preciados de nuestra herencia española. Tanto así que, como parte del folklore, ha desaparecido en gran parte de la Península Ibérica; mientras que por ejemplo en Venezuela, especialmente en el oriente de nuestra patria, la décima vive y se perpetúa a través de los niños; verbigracia los que de la mano de Viñoles y otros cultores, como Edelmira Guzmán, Luisa Cortez, Nicasio Bello, Eleazar Rodríguez o Nancy Martínez, entre otros, van aprendiendo a paladearla y a amarla. De hecho, en la actualidad el Poeta Cusmero tiene bajo su tutela directa 24 niños, quienes se nutren de la esencia de nuestras raíces culturales en la Escuela de Cantos Tradicionales “Lourdes Velásquez”, de Cusma; proyecto experimental que desde hace más de diez años viene desarrollando Enrique Viñoles Peña en su terruño.

Nuestro personaje ha hecho de su vida un verdadero apostolado al dedicar parte invaluable de su tiempo a la investigación y divulgación del galerón, que como expresión popular guarda correspondencia con la celebración de los velorios de Cruz de Mayo, donde los cantores improvisan sus versos con el acompañamiento del bandolín, el cuatro y la guitarra.

De repente se nos ocurre preguntar a Viñoles ¿Por qué “Galerón”?:

“Si bien es cierto que la palabra ‘galerón’ aparece por primera vez en el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua en la edición de 1925 y que, sobre su origen, es posible topar con que diversos autores han pretendido explicarlo, como es el caso del connotado investigador venezolano Francisco Vera Izquierdo, existe referencia histórica según la cual el término GALERÓN data del siglo XVII, en pleno Siglo de Oro. Específicamente el año de 1625, en el marco de la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), cuando el monarca español Felipe IV emitió un edicto ordenando realizar celebraciones en todo el reino, con motivo de la llegada de los GALEONES de la Armada Real al Puerto de Cádiz. Dichas embarcaciones traían a las tropas que habían participado en el Asedio de Breda, ciudad holandesa (Provincia de Brabante Septentrional) que se rindió al ejército español después de haber permanecido un año sometida a estado de sitio; a raíz del cual se firmó la famosa Capitulación de Breda, el dos de julio de 1625”.

Y concluye: “Tenemos entonces que el vocablo ‘galeón’ (Referido al velero de tres o cuatro palos) sufre una modificación, mediante la cual deriva finalmente en ‘galerón’, para describir a la expresión poética popular que gozó de preferencia en el momento histórico aquí evocado, trascendiendo con dicho nombre hasta nuestros días... Indudablemente, la espinela tiene un componente marinero insoslayable que lo hace afín con nuestro entorno oriental”.

| Fuente: Banco personal de imágenes |

Despidiéndonos ya del poeta,
le pedimos su “fórmula secreta” para hacer una espinela...

Responde que “La décima es como el mensaje bien dado. Al igual que una obra de teatro, tiene su introducción, su nudo y su desenlace. Además, debe tener también coherencia, para que el mensaje llegue a su destino con sentido. Con todos estos elementos dosificados la décima llega a ser una pequeña obra de arte. Hacer una espinela se corresponde con un ejercicio mental que comienza por construir la copla, que constituye los 4 primeros versos de la décima. Continuamos, y al armar el sexto verso tendremos que ir pensando en que la espinela concluirá con esa rima. Un aspecto importante que debe procurar el decimista es la preparación permanente. Decía el Libertador que ‘La instrucción es la felicidad de la vida’, refiriéndose a que mientras uno más se ilustre será más feliz y la felicidad será compartida, porque no hay cosa que engrandezca más al ser humano que hacer felices a los que le rodean. En la medida en que el compositor se enriquezca culturalmente, podrá enaltecer el verso, y estará cumpliendo con el papel que se ha ganado en la sociedad”.

“Cuando quieras escribir
Una décima bonita
Que te salga redondita
Diez versos tienes que unir.
Para que logres seguir
Rímalos en consonante;
Su octosílabo vibrante
Cumbre del Arte Menor
Serán un gorjeo de amor
Para que el alma lo cante”.

(Décima “repentina” de Viñoles)

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