Mi perro y sus queridas gatas.

Hace poco tiempo que llegué a steemit y lo prometido es deuda. Voy a seguir presentando a mi familia, en esta ocasión voy a hablaros de lo que para mi es lo más cercano a los hijos que he tenido.
En primer lugar os presentaré a Pipo, es mi fiel amigo desde hace 11 años, lo cogí en un festival de rock cuando solo tenía un mes y desde entonces hemos vivido muchas aventuras juntos. Pipo es un cruce de razas, un perro punky como me gusta llamarlo ya que nos conocimos en el Viña Rock 2006, le encanta jugar y es algo que nunca ha dejado de gustarle e incluso obsesionarle, sobre todo si se trata de una pelota o una piedra.
Pipo es un perro muy amigable y tiene una especial relación con los gatos, antes de que llegara Sabrina, a la que os presentaré después, no tenía muy claro si le gustaban o no los gatos. Siempre que Pipo veía un gato corría detrás y ante la imposibilidad de acercarse, a veces porque el pobre gato se subía a lo primero que alcanzaba, otras por la posición de pocos amigos que tomaban al verlo acercarse, el reaccionaba de manera ansiosa gritando y ladrando a modo de juego, pero de manera muy extraña ya que con los perros nunca ha reaccionado así. Cuando Sabrina, una gata abandonada que nos eligió como su familia y decidió entrar en nuestra casa y acercarse a Pipo sin problemas, el perro reaccionó con alegría como si supiera por nuestras caras que por fin tenía una amiga gata con la que jugar. La verdad es que nunca hubiera imaginado la relación que iban a tener, no solo la trata a ella bien sino que a los hijos que esta tuvo después. Una de esas hijas es Margaret compañera inseparable de Pipo al que limpia y asea como si de un gato más se tratase.

Sabrina es una gata muy especial, cuando la adoptamos forzosamente, ya que una vez entró en la casa nos conquistó con su chantaje gatuno, no sabía cómo educar a un gato ya que solo había tenido perros. La verdad es que fue muy fácil, terminé sacando a la gata como si fuera un perro, cosa que a la gente le hacía mucha gracia ya que iba con el perro amarrado y la gata suelta paseando por la calle. Hoy en día vivimos en una zona de campo y ellos viven libres por lo que no hace falta sacarlos como en la ciudad, aún así cuando paseo cerca de la casa Sabrina viene a pasear con el perro siempre, e incluso lo llama si este se aleja mucho.

Margaret, una de las hijas que Sabrina tuvo, es una gata que aunque nació en el campo ella es de estar en casa, sale a la calle y se das sus paseos, pero lo que más le gusta es estar en el sofá y mirar por la ventana.

Es un placer poder tener animales en la familia, te enseñan muchas cosas y te entregan su amor incondicional.

Otro día os presentaré al resto de los hijos de Sabrina, que están en la finca de la asociación y también se merecen su protagonismo jejeje

Espero que os guste mi familia peluda, un abrazo.