Antilogros de los que me enorgullezco

Uno pensaría que graduarse con buenas notas en el liceo y en la universidad, ejercer tu carrera al menos una o dos veces, haberse formado en otra disciplina como la música, volver a estudiar nuevamente otra carrera y haber trabajado desde muy temprana edad es lo que necesitas para sentirte orgulloso de ti. Ya yo cumplí con toda esa lista, pero ese no es mi caso, yo estoy orgullosa de los terribles pasatiempos e inventos a los que he dedicado mi tiempo de ocio, de los que no hablé en mi presentación para no causar una mala impresión:

Conservar registro de los zancudos que he matado mientras tratan de alimentarse con mi sangre: no crean que esto es de locos, si no tuviera miedo al escarnio público los hubiera guardado todos en una cajita para demostrar que son todos diferentes. Los zancudos son mi mayor obsesión porque y enemiga número uno del dolor o de cualquier malestar que pueda afectar mi paz mental, en este caso, una picada. Mi fijación viene de que pueden haber 10 personas en un mismo espacio y soy yo a la única que pican hasta por encima del blue jean, asi que no siento remordimiento, para mí aniquilarlos es un triunfo y su cadáver es mi recompensa.

Declarada como persona non-grata en PETA

Autoproclamarme colorista de papel crepé: resulta que mi hermana @ruricchi es una versión mía con 7 años menos, 10cm menos de estatura, 10kg menos y 75cm menos de cabello que yo, por lo tanto no sólo nos parecemos físicamente sino que para rematar es inventora y se deja hacer los inventos que se me ocurran sobre su cuerpo. Nuestra última gran hazaña registrada fue meterle la cabeza en una bañera en la que previamente pintamos el agua remojándole papel crepé verde. Fue todo un éxito hasta que después de unas cuantas lavadas no había manera de eliminar ese color verde coleto de su cabello, pero relax, nada que otro tinte no resolviera.

Creo que no es tan antilogro si se veía bya bya

Guardar capturas de la obsesión que tienen las costureras con sus esposo: como mencioné anteriormente en mi post sobre como en Facebook se encuentra gente que sabe escribir pero no leer, estoy en muchos grupos de Facebook, aparte de los de compra-venta, también en unos 4 o 5 de costura para intercambiar patrones, leer sobre los errores más comunes y cómo resolverlos, sufrir de pena ajena con lo que algunas veces publican y enterarme de los regalos que les hacen sus esposos porque por alguna razón les obsesiona presumir que sus esposos les compraron una aguja, o que sus esposos les reclaman atención por el vicio de usar la máquina de coser. Mi prima @stillstreet es testigo del desespero que me causa esto y es la única testigo de que todas esas capturas han sido una compilación durante meses.
Los que crean que el empoderamiento femenino está a punto de dominar al mundo, métanse en un grupo de estos y hagan los números.

La prueba por si no me creen

Estudiar minuciosamente las razones con las que la gente justifica vender un producto, como si eso fuera necesario?:
Por motivo de viaje
Por urgencia económica
Por no usar
Una amiga vende
Por necesitar la plata
Por no tener para reparar
Si no has leído esto alguna vez en tu timeline, te felicito porque estás rodeado de la gente correcta. Sin embargo hubo uno en especial que me encantó porque es la muestra exacta para lo que significa vender algo por primera vez en tu vida y que para tu desgracia una burlona intolerante como yo te descubra:

Una imagen vale más que mil palabras, sobre todo si la imagen tiene 2.000 palabras

Llegar a las primeras publicaciones de instagram de personas “famosas”: así tengan más de 6.000 fotografías subidas todo con la finalidad de ver ese trapito sucio que seguramente no recuerdan que tienen ahí, publicaciones de cuando estaban más gord@s y no estaba establecido el qué y cómo del comportamiento en las redes sociales, saben, esa época donde eran más ellos mismos que lo que las redes exigían de ellos, refiriéndome a personas que se hicieron famosas gracias a su influencia en instagram. Si alguien ha hecho esto mismo probablemente entienda mi punto.

Esto es un pequeño registro de cosas estúpidas y vergonzosas que no me molestan admitir, sin mencionar la cantidad infinita de supersticiones que tengo sobre el uso de perfumes, ropa, zapatos, actos específicos que según yo me ayudan o me impiden cumplir lo que generalmente se conocen como logros.

Todos deberíamos estar orgullosos de nuestros antilogros.