Leyenda La casa maldita del Callejón del Muerto
Leyenda mexicana La casa maldita del Callejón del Muerto
Allá por el año de 1642 en la Capital de Nueva España; se dio la más grande y furtiva cacería de herejes a cargo del Tribunal del Santo Oficio en la cual una mujer oriunda de La Coruña llamada Margarita Moreira, tuvo mucha participación, ya que se encargó de delatar a más de 80 personas. Con su confesión los inspectores de la Santa Inquisición; montaron guardia en la casa señalada con el número ocho en la Villa de Guadalupe.
Durante su vigilancia, pudieron ver mujeres desnudas, hombres obscenos y niños deformes. Las mujeres reían y tomaban vino en cráneos, gritando maldiciones dirigidas a aquellos que encarcelaron a sus amigos y familiares en las mazmorras de la Inquisición. Presenciando esto, los inspectores tuvieron que intervenir; tiraron la puerta para apresar a los participantes de la diabólica reunión y se desató el caos. Hubo gritos, lloriqueos, golpes, insultos y muerte. Toda la pelea se llevó a cabo entre relinchos y grotescas lamentaciones, acompañado de un frio que helaba los huesos.
Cuando se hizo el silencio, los vecinos se asomaron para averiguar qué había ocurrido, al enterarse, muchos de ellos abandonaron el lugar para no volver jamás, y los que se quedaron, guardaron en su interior un miedo que ya no les permitió vivir en paz.
Mucho menos con los sucesos que acontecieron los siguientes días… los cuerpos torturados de los infelices eran sacados de las mazmorras a la vista de todos, mientras que sus cabezas aparecieron clavadas en unas lanzas afuera de la mansión maldita del Callejón del Muerto.
Las pobres mujeres tuvieron un final terrible, fueron torturadas y mutiladas, las marcaron con un hierro al rojo vivo y después las liberaron. Para vagar por las calles mientras la gente se horrorizaba ante su aspecto, eran señaladas y llamadas brujas.
Cuando los habitantes de la región empezaban a retomar sus vidas con mayor tranquilidad, de nuevo el horror invadió sus corazones, pues se encontró el cuerpo sin vida de una mujer, tirado en la puerta de la temida casa.
Ella era Margarita Moreira, la delatora de herejes, que con su muerte le devolvió por completo la alegría al tétrico inmueble, pues desde entonces no han dejado de salir de su interior risas y gritos de júbilo, así como la escandalera de un día de fiesta.
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