El Honor / Por que el Ser Humano pasa los límites

En los últimos días hubo una noticia de madrugada acerca de un accidente de tránsito, en donde un auto se cruza el semáforo en rojo y se estrella con un camión de la basura. Lo triste de la tragedia es que mueren tres generaciones de una misma familia; en el auto viajaban una niña de 2 años en brazos de su madre de 27, en la parte delantera. La madre y abuela estaba en la silla trasera.

El conductor un hombre joven que no superaba los 20 años, queda seriamente herido al borde la muerte. Luego de algunos días establecieron las autoridades que el auto sobre las 5 de la madrugada se cruzó el semáforo en rojo. La pregunta: ¿por qué sobrepasó los límites?

Al quedar impactado con la noticia he reflexionado y recordé al elefante del circo. Jorge Bucay nos ofrece su punto de vista del gigantón animal del circo que permanece sumiso y obediente a la sencilla cuerda que su adiestrador le sujeta a una de sus patas. Resulta que de chico el elefantito llegó a aquel circo...

…Y su adiestrador le puso una enorme cadena, él animalito intentó por varios días soltarse para ir a jugar, quizás se hizo daño con el metal; pero su adiestrador le decía al oído que si se quedaba quieto él le daría más ración de comida. Finalmente se cansó de intentar zafarse; y vio que su amigo le cumplía con la ración más abundante, y termino siendo sumiso.

Al crecer no volvió a resistirse pues se acordaba del dolor. Sin embargo, la cadena es la misma de siempre; al ser grande se hizo súper fuerte de cuerpo, pero en su mente quedó la lección de obediencia. Es por eso que se comporta dócilmente. – Otra pregunta: ¿Qué relación tendrá que ver esa observancia del escritor y poeta, con el accidente?

Hay una excelente enseñanza del japonés: “Conserva Siempre Tu Honor” en algunos de nuestros jóvenes, al parecer se han ido perdiendo esos valores tan esenciales en el ser humano. Cuenta un excelente orador colombiano-japonés, Yokoi Kenji Díaz, que para el japonés lo más importante que aprende un niño es a valorar y proteger el honor personal.

Él japonés no se cruza un semáforo en rojo, así no haya nada ni nadie en la vía, lo demuestran las cámaras a las 12 de la noche o a las cinco de la mañana. Para ellos el honor es la brújula interna que jamás se saltarían; y menos si está en juego la integridad y vida de otro ser humano. Entrenamiento en valores parecido al de un elefantito; no por degradar la comparación, si no por la importancia del principio rector.

Una persona honorable inspira respeto, admiración y consideración; siendo atractiva su actitud que contagia a quienes estén a su alrededor. La reflexión que le daría a mis acciones es a aprender a conservar integro mi honor, de aquí en adelante y a la vez le invito a imitar al japonés.

Respondiendo a la pregunta inicial, digo que, debido a un momento de debilidad o carencia en estos valores, el joven conductor omitió la norma de tránsito. ¡Reciban nuestro abrazo virtual, acompañado de bienestar para sus asuntos en esta semana!