Recuerdo que no había dormido bien esa noche. El clima había estado muy encendido el día anterior e incluso después de que el sol se ocultó, el calor emergía del suelo como un aura. Por ello, no había descansado muy bien la noche anterior. Sé que era martes porque los lunes eran los días en los que entrenaba más duro. Ese día caluroso fue particularmente difícil entrenar.

En la mañana siguiente salí con Lisa, mi novia en ese entonces. Me había mudado con ella hacía poco tiempo en una casa que antes perteneció a mi abuela. Estábamos en una relación tranquila y amorosa, con altibajos como cualquiera, pero yo me sentía feliz. Es una buena chica y para mí siempre lo será, aunque ya no esté junto a mí.

Era muy de mañana cuando, mientras nos encontrábamos en la esquina de la cuadra, una figura se movía rápidamente desde el conjunto de casas en dirección a la avenida principal. Era una chica.

Delgada, menuda y muy blanca, con pasos ligeros y ágiles, pelo oscuro y unos grandes ojos de color café. Vestía ropa formal. Sin duda, tenía alguna cita importante o sólo se dirigía a su trabajo. Son embargo, sus ojos me causaron gran curiosidad.

Sus ojos tenían una belleza sin igual, brillaban y hacían que todo a su alrededor se reflejara. Claros como un espejo, no era lo que realmente me inquietaba. En realidad, era su mirada que, contrapuesta totalmente a la pureza que reflejaban sus ojos, expresaba una frialdad indescriptible.

Y así como apareció, también se esfumó para seguir su camino a no sé dónde.

Tiempo después pude darme cuenta que entre ella y yo solamente se encontraba una sola casa. Es decir, casi vive al lado de mi casa provisional.

Y aunque no quiero exagerar, su mirada se quedó en mi mente desde ese entonces. Enloqueciéndome, sin ni siquiera saber el por qué.

Las siglas que estaré usando, como las utilizadas en el título (S1C1) corresponden a un control que espero llevar en la secuencia de los escritos. Estas se corresponden con Serie 1 Capítulo 1.