Es un gusto estar con ustedes nuevamente el día de hoy y darles a conocer un poco acerca de mi actividad del día viernes 07 de octubre, ya el ultimo día de clases de esta semana, por lo que muy temprano llame a mi hijo para que se arreglara y llevarlo al colegio, mientras el se preparaba le prepare su desayuno, y como ya iban hacer las 7.30, que la hora de entrada, salimos lo mas rápido posible para no llegar tarde, sin embargo llegamos cuando ya estaban cantando el himno nacional, tuvimos que esperar a que terminaran de cantar y nos dirigimos al salón de clase, ese día fueron pocos los niños que asistieron a clase.

Luego de regresar del colegio me fui hacer mi rutina de ejercicios, ya llevo 17 días con un nuevo entrenamiento y me ha resultado muy eficaz, yo diría mejor de los que estoy acostumbrada hacer, se trata del taerobic, estas rutinas si que te ponen a sudar quemas muchas calorías y trabajas todo el cuerpo ademas te ayudan con la respiración y la concentración, ya que a medida que vas realizando el ejercicio tienes que contar y esto ayuda mucho a respirar y a la resistencia.

Una vez culminada mi rutina de ejercicio le pedí el favor a mi hija que buscara el niño para el colegio, mientras me daba un buen baño y preparar el almuerzo, luego que ya tenia el almuerzo listo, quise prepararle una rica merienda a mis hijos, entonces busque haber que ingredientes tenia, y vi que había maizena, harina, azúcar y mantequilla, y se me vino a la mente preparar unos alfajores, estas son unas galletas que quedan muy ricas.

Pero me faltaba rellenarlo, y no tenia chocolate ni nada para el relleno, entonces llame a un amigo que trabaja muy bien la resposteria y me explico paso a paso como podía hacer un arequipe casero, solo con leche, maizena y azúcar, luego de su breve explicación procedí a preparar el arequipe y déjeme decirles que quedo con un sabor muy rico igual al que venden comúnmente.

Y ya tenia mi relleno para mis alfajores, con una cucharilla fui colocándole poco a poco el relleno, me llevo algo de tiempo preparar esta merienda, la guarde en la nevera, y cuando llegaron las cuatro de la tarde que es la hora de la merienda en mi casa, la repartí a mis hijos y a mi sobrino que siempre me visita, en menos de diez minutos ya no había galletas se las comieron todas , menos mal que se me ocurrió apartarle unas a mi esposo porque si no, no hubiera merendado ese día.