Concurso: Mi objeto especial.

De niño mi madre y mis tías me llevaban a menudo al cine a ver los estrenos de las películas de Disney, sin embargo a veces me aburría mucho porque me parecían películas muy tontas. Yo prefería estar sentado frente a el gran televisor en blanco y negro que estaba en la sala de la casa y sintonizaba el canal 8, en aquella época CVTV (Cadena Venezolana de Televisión) y posteriormente VTV (Venezolana de Televisión), allí por primera vez vi películas del Oeste protagonizadas por John Wayne, conocí al Tarzan de Johny Weismuller, me encandile con las coreografias y los bailes de Ginger Rogers, Fred Astaire, Carmen Miranda, Esther Williams y Gene Kelly, me embelece con Las Mil y Una Noches, conocí al Zorro de Tyrone Power y al intrépido Errol Flynn haciendo de pirata y vi por primera vez a la octava maravilla del mundo: King Kong.

De igual manera me reía mucho con unos personajes muy caóticos con un humor muy corrosivo llamados los Hermanos Marx. Paralelamente veía muchas series japonesas en otros canales como La Señorita Cometa, Ultrasiete, Ultraman, y no podrían faltar el Superagente 86, Mi Bella Genio, La Familia Munster, El Monstruo Milton, Los locos Adams, Superman, El Llanero Solitario, El Gordo y El Flaco, Los Tres Chiflados, El Zorro y todas las comiquitas de Hanna Barbera.

De noche me ponía más creativo, y sin autorización prendía el televisor para disfrutar en otros canales como RCTV (Radio Caracas Televisión) o Venevisión de películas de terror y ciencia ficción como las del Drácula de Christopher Lee, La Gorgona, El Hombre de Dos Cabezas, El Hombre Menguante, La Mosca con Vincent Price, La Momia, Frankenstein con Boris Karloff y muchísimas otras aventuras más.

En la Televisora Nacional Canal 5 había un programa conducido por el critico de cine Rodolfo Izaguirre denominado Cinemateca del Aire en donde tuve el gran privilegio de conocer parte de las obra de grandes comediantes como Charles Chaplin, Buster Keaton, Harold Lloyd y directores de cine celebres como Orson Welles, Sergei Eisenstein y Fritz Lang entre otros. Recalco también que intentaba no perder la oportunidad de ver películas de acción en los años 80 y 90.

Así inicio mi amor por el cine, si, se que el tema a tratar en la iniciativa es mi objeto especial, por lo que omitiré muchos detalles e iré al grano, sin embargo ya entenderán el porqué de mi introducción.

Ya comenzando 1988 y en mi primer empleo, tuve la libertad financiera para comprar mi primer reproductor VHS. Eso era un sueño para mi porque a través de este aparato podría revivir gran parte de mi infancia y adolescencia , disfrutaría en la comodidad de mi hogar de aquellas películas y series que aún estaban formando mi carácter de cinéfilo y descubriría nuevas películas de las cuales había leído pero no tenia oportunidad de ver porque no poseía los medios para tal fin.

Me inscribí en varios videoclubs distintos y descubrí infinidad de propuestas cinematográficas, esos video clubes siempre estaban abarrotados de personas y muchas veces era complicado conseguir el título que deseaba.

Por razones que no vienen al caso , cambie de empleo ya que me ofrecieron formación en la banca privada por un año. Terminé mi curso de Análisis Financiero y me asignaron al Departamento de Crédito Automotriz de la Sociedad Financiera Caracas en la Avenida Urdaneta. Justo en el edificio de al lado había un videoclub en el cual conseguía películas de estreno y títulos muy raros y difíciles de ubicar en otros videoclubes relacionados con géneros cinematográficos como artes marciales, anime japonés y terror.

Llegue a un acuerdo con el dueño del video club y este me vendía muchas películas las cuales comencé a coleccionar, otros conocidos en el trabajo hicieron lo mismo hasta que llego un momento que el almacenaje de las cintas era algo problemático y de repente se nos ocurrió una idea,¿ porque no las alquilábamos dentro de nuestro trabajo y ganábamos algo de dinero extra?.

Así comenzamos un negocio muy lucrativo para todos, eso si teníamos que despachar las cintas a los clientes entre 12 am y 2 pm, para que esto no interfiriera con nuestras labores. Nos hicimos tan famosos que hasta nuestros jefes nos alquilaban videos. Cobrábamos el valor del alquiler los días lunes y llevábamos un control muy preciso de lo que nos debía nuestra distinguida clientela.

Crecimos tanto que tuvimos que comprar tres aparatos VHS mas e invertir parte de nuestras ganancias en cintas para grabar hasta cinco veces un mismo título.

Mi VHS de seis cabezales seguía como nuevo, a pesar de las múltiples películas que copiábamos. Paralelamente, junto a mi novia inicie otro club de alquiler en su casa, con el adicional de que también vendíamos las chucherías para el disfrute durante el visionado de las películas, para iniciar el negocio ella compro otro equipo VHS. Les mostrábamos a los vecinos y amigos como se veían las películas recientes con el VHS de mi propiedad. Claro 26 años después, por uso y abuso, el equipo esta algo aporreado en su exterior, pero reproduce todavía las películas de VHS nítidamente.

Nos sucedió lo mismo que comente anteriormente y no nos dábamos abasto para complacer el gusto de los clientes, y como las ganancias eran buenas, hicimos algunas pesquisas por la Ciudad de Caracas para descubrir dónde comprar estas películas VHS al costo, evitando así desgastar los cabezales de nuestros VHS. Esta investigación fue efectiva y ubicamos estos sitios en el Centro y en el Oeste de la Ciudad.

Como buen cinéfilo, yo seguía consumiendo películas con mi VHS hasta que llego el momento de cambiarle los cabezales con un técnico, y déjenme decirles que funciono, y eventualmente copiaba con este aparato alguna película o grababa programación de las televisoras en las madrugadas.

Con las ganancias obtenidas en estos negocios de alquiler de cintas VHS logre junto a mi novia conseguir la cuota inicial para comprar un inmueble, compre una lavadora, una nevera, un televisor, una cama matrimonial y un equipo de sonido. Corría el año 1999, y de inmediato mi novia y yo decidimos casamos.

Deje de alquilar películas en formato de VHS ya que para ese entonces comenzaba el reinado de otro tipo de reproductor de Videos: el Reproductor DVD , (claro esta que también adquirí uno de estos equipos, pero eso es otra historia).

Yo me quede con algunas cintas en formato VHS que considero clásicas y otra gran parte de las películas que alquilábamos fueron regaladas o vendidas a un precio muy económico a amigos e interesados.

Cómo no guardarle cariño a este objeto tan especial con el cual comencé un emprendimiento arriesgado y rocambolesco, que me permitió junto a mi novia obtener ganancias para iniciar la formación de un nuevo hogar, y que además me ha dado muchísimas horas de entretenimiento.