Vive el momento.

Estas, no sé, en el patio de tu casa, en un parque, en cualquier lugar acompañado por tu hijo, sobrino, nieto, dependiendo de la realidad y vez en los ojos del infante ese brillo especial que se produce por el disfrute del lugar, por estar experimentando algo especial, por cualquier motivo de alegría y en vez de disfrutar ese momento especial estas más pendiente de tomar una foto o hacer un video para colgarlo en alguna red social.

Esta es una situación que he visto muchas veces a diario. Es increíble que ya no se disfrute el crecimiento de los niños, de esos momentos que definitivamente no volverán, todo simplemente por estar más pendiente de publicar material en redes sociales.

Por fin llega la noche en la cual se realizará la fiesta que reunirá una gran cantidad de amigos y amistades que no veías desde hace algún tiempo. Las expectativas son grandes ya que muchos de ellos están en los buenos momento que disfrutaste en el pasado y conservas en la memoria. Ahhh pero resulta que estando allí te das cuenta que la fiesta deja de ser presencial y se convierte en un evento digital en donde la mayoría está pendiente de charlar por algún chat o compartir fotos de manera inmediata de la reunión.

Es quizás uno de los casos más extremos que existe y que está relacionado con no apreciar el momento. Esa evolución que considera negativa está creando un alejamiento de la realidad y sobre todo el alejamiento de sentir satisfacción por las cosas sencillas, por lo pequeños detalles.

Para muchos la excusa perfecta es asumir que hay que adaptarse a la situación. Este tipo de expresiones me confirman un pensamiento que gira en torno a la capacidad mediática que posee la publicidad que ha logrado cambiar un pensamiento básico y lógico sobre este tema.

¿Qué pasa entonces con compartir una buena conversación? ¿Dónde queda el compartir un bueno momento tomando un café? ¿Carece de importancia el ver desaparecer el sol en el horizonte mientras miramos el océano?

Es que vivir el momento no está condicionado a solos grandes cosas. Muchas veces, los pequeños detalles, estando solo o acompañado, poseen una gran influencia e importancia en esos momentos especiales.