Debido a su ubicación geográfica, Carúpano recibió a muchos inmigrantes a finales del siglo XVIII. Esto hizo que desarrollara gran auge económico hacia finales del siglo XIX. Entre los apellidos de renombre, cuyos descendientes aún habitan esta pequeña ciudad, podemos mencionar a los: Massiani, Cerisola, Franceschi, Benedetti, Vicentelli, Santelli, Lucca, Orsini, Cartey, Dominicci y Boschetti, entre otros.

Carúpano tiene pocos lugares turístico; el más emblemático es el "boquete", que queda a la orilla del mar. Allí hicieron una concha acústica y unas caminerías para pasar el rato disfrutando de la brisa marina.

En una tierra donde la gente es muy hospitalaria y cariñosa. Mujeres y hombres beben ron como si fuera agua fría. Aquí la palabra "verga" no es grosería, sino un comodín del que echan mano todos los hablantes para referirse a las personas, a las cosas y a los estados de ánimo. Por ejemplo: "Estoy más vieja que la verga", "Anda pa' la verga", "Te quiero más que la verga" "¿Como está la verga" y pare usted de contar.

Aunque nuestra patrona es Santa Rosa de Lima; los carupaneros le tenemos fe y devoción a la Virgencita del Valle (Vallita). De modo que todos los 8 de septiembre le hacemos sus vestidos y les celebramos su fiesta con tortas y mariachis.

(Mi virgencita del Valle luciendo un vestido bordado por mi hermana)

Este pueblo es famoso por sus "Carnavales Internacionales". La gente, en esas fiestas se disfraza para ir a ver los desfiles y sentirse un protagonista más de los mismos. Se baila detrás de los camiones; todo el mundo se abraza y comparte su trago de ron con amigos y desconocidos.

(Mi sobrina Yolanda, lista para ir a ver el desfile de Carnaval)

Entre sus músicas tradicionales destacan la "Jota Carupanera", que es un ritmo muy sabroso, sobre todo cuando es interpretado por Gualberto Ibarreto.