Fue una tarde de verano, lo recuerdo bien, ese día mi hermano mayor llegó a casa con una chica muy hermosa, la cual presentaría como su novia. “Ella es Sara, mi futura esposa” - dijo mi hermano, y debo decir que algo en ella inmediatamente llamó mi atención, algo que en el fondo de mí producía temor pero lo decidí ignorar. Un fin de semana, con el permiso de mis padres la llevó a conocer nuestra cabaña cerca del lago, al día siguiente recibimos una llamada de Sara preguntándonos si mi hermano ya estaba en casa, pues a ella se le presentó un problema familiar y tuvo que irse del lugar con prisa.

Pasaron los días y mi hermano no regresaba a la casa, vivimos momentos de angustia sin rastros de él en ningún lado, a los dos meses de su desaparición las autoridades daban a entender que archivarían el caso y no hubo más avances en su investigación. El dolor que sentía mi familia era muy grande, estábamos desconsolados y debido a esto Sara siempre se mantenía cerca de nosotros. Poco a poco con el trato empezó a surgir una relación entre ella y yo, mis padres no se opusieron a esto, pues Sara demostró ser una buena chica.

Un día me invito a dar un paseo por la cabaña, yo accedí, charlamos un rato y al pasar las horas nos dimos un descanso en el muelle del lago, me dio de tomar un rico licor que ella trajo y fue en ese momento que algo dentro de mí tembló, pero no le di importancia a esas señales de advertencia, poco a poco me fui desvaneciendo y pude notar como Sara sacaba de su mochila una cuerda y cuando pude reaccionar me encontraba atado a una enorme roca, ya era demasiado tarde. Sara me tiró al lago, mientras caía al fondo noté el cuerpo en descomposición de mi hermano. Y mientras me sumerjo en la oscuridad todavía me pregunto, ¿Cómo Sara se dio cuenta del lugar exacto donde arrojé el cuerpo de mi hermano?