Thediarygame 15/10/2021 A nadie le gusta ir al banco.
Hoy quería levantarme a las 6:00AMpara adelantar unas cosas en la computadora antes de clase. Pero el sueño fue más fuerte. Me desperté a las 8:00 AM.
Mi clase estuvo animada, hicimos unos ejercicios de listening y me sentí feliz de que me estudiantes comprendían y mostraban avances en su comprensión auditiva. El resto de la clase cantamos y también fue agradable. Mis estudiantes se saben las canciones incluso mejor que yo. Me alegra que estén motivados y que aprendan todo lo que les envío. A media mañana me dieron una deliciosa merienda.
Mi merienda
Al salir de clase pase por el banco bicentenario. Había un calor insoportable pero yo iba dispuesta a tener una buena actitud. No había mucha gente y vigilante nos dijo que debíamos mantener la distancia y sentarnos con una silla vacía de por medio. Yo era la última. Llegó un señor mayor y se sentó a mi lado. Cómo la cola avanzaba me senté en la silla que venía, el señor se rodó y se volvió a sentar a mi lado al sentarse ocupaba parte de mi silla.
Me considero una persona extrovertida en cierto modo porque me gusta estar rodeadas de personas y disfruto la compañía. Pero en términos de contacto físico o cercanía, mi burbuja es grande y solo entran en ella pocas personas.
¿Sabes de qué burbuja hablo querido diario? Ese territorio personal que todas las personas tienen. Dicen que nosotros los latinos tenemos la burbuja más pequeñas que los japoneses. ¿Cómo así? Nos sentimos tranquilos teniendo personas relativamente cerca, por eso somos incluso más de tocarnos unos a otros. Mientras los japoneses tienen su territorio personal más grande por lo que acercarse mucho puede ser una invasión a su espacio íntimo.
Al sentir el ligero roce del señor me senté como pude en el extremo de la silla. En un movimiento rápido, seguro e inmediato.
Yo miré alrededor y observé que todos estaban sentados con una silla de por medio. Excepto nosotros y recordé lo que dijo el vigilante. Así que volví a sentarme en otra silla dejando de nuevo una silla de por medio. Este gesto me parece que molestó al señor porque empezó a recriminarme que me creía mejor que él, y la gente se da golpe de pechos en la iglesias pero sale a la calle creyéndose mejor que los otros. Yo solo le sonreí. Cada persona tiene su propia forma de ver el mundo. No gano nada entrando en discusiones sin sentidos ni queriendo convencer a otros de cambiar su forma de ver. Qué se vaya con la idea de que es discriminado es cuestión de él.
No lo escuché mucho tiempo ya que al poco tiempo el vigilante me solicitó que me sentará en otro lugar aún más lejos del señor. A él le pidieron sentarse en la sillas preferenciales para ir a la casilla preferencial por lo que lo atenderían más rápido gracias a Dios. Noté que se sentó al lado de una señora y ella se movió de puesto también. Dejando un espacio entre ellos.
Cuando fue mi turno para que me atendieran en casilla me solicitaron una hoja blanca sin ella no podrían desbloquear la cuenta. Miré la hora en mi teléfono eran las 12:34pm y el banco cerraba a la 1:00pm. Había decidido creer que podría hoy terminar esta diligencia pero ya comenzaba a dudarlo. No tenía dinero para comprar una simple hoja. Revisé mi cartera esperando un milagro pero no conseguí nada. Así que comencé a caminar regreso a casa, me preguntaba si podría conseguir una hoja en mi casa y regresar a tiempo antes de que cerraran el banco.
Otra parte de mí me recomendaba no quejarme, aceptar y no luchar con el presente. Estaba mareada, tenía hambre y lo mejor era regresar y comer. Pero otra parte mí me decía: "He pasado demasiado tiempo con este problema. No he podido utilizar mi banco y es muy incómodo andar así". Cerca de mi casa hay una bodeg y al llegar allí se me ocurre pedir la hoja fiada y una galleta para el mareo. Les quedaban 3 hojas y me lleve las tres. Regresé al banco caminando lo más rápido posible y llegué justo a tiempo antes de que cerraran la puerta y no pudiera entrar más nadie. Espere mi turno y me atendieron. Las otras dos hojas blancas las regalé a las personas que estaban detrás de mí para que no hubieran hecho la cola de a nada y perdido el tiempo solo por no tener una hoja blanca. Lucían agradecidos.
Al llegar a la casa me esperaba mi hijo hambriento preguntándose porque tardé tanto en llegar. Yo también tenía mucha hambre. El calor del banco me dejó agotada y no podía evitar pensar en los cajeros con sus camisas manga larga trabajando diariamente en esas condiciones sin siquiera un ventilador.
Almorcé tarde y el resto del día... Ay querido diario, el resto del día lo olvidé de tanto cansancio. Gracias vida, gracias Dios.
Gracias por participar en The Diary Game en Steem.
Esta publicación ha sido recompensada por @miyexi con el apoyo del Proyecto de curación de la Comunidad Steemit.
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