Hablar de Inmortales es hablar de deportistas que han transcendido y superado sus limitaciones humanas para hacer cosas extraordinarias en sus respectivas disciplinas, tal ha sido su entrega y su constancia que se han ido más allá de lo ya conocido y han logrado establecer un nuevo límite, el cual será ahora referencia para las venideras generaciones.

Es un gran orgullo tener en nuestro país tantos atletas que han logrado este cometido y se han tenido la bendición de poder llegar, poder establecerse y poder romper todas las barreras, un vivo ejemplo de todo este preámbulo es nuestro “hasta ahora” único venezolano en estar entre los nombres del salón de la fama del mejor béisbol del mundo. Así que si de inmortales queremos hablar, la referencia obligada para todo connacional es el del gran Luis Aparicio, cuyo nombre ha quedado grabado para siempre entre las leyendas, en el olimpo de Cooperstown.

_{Luis Aparicio- Orgullo Venezolano Fuente}

Luis Aparicio es uno de los deportistas preferidos de mi Papá, quien siempre cita en sus conversaciones el hecho de que este excelso jugador del campocorto, logró ganar el premio a mejor estafador de la liga americana (bases robadas) durante la friolera de nueve temporadas y de forma consecutiva. Ya con esta menuda hazaña, tenemos una pequeña idea de quién fue, porque en verdad las nuevas generaciones conocemos poco acerca de esta leyenda venezolana, porque su carrera se desarrolló por allá en la década de los 60. Sin embargo, gracias a los recuerdos de nuestros padres y abuelos, esas valiosas historias siguen vivas para los chamos de la actualidad.

Luis Ernesto Aparicio Montiel, nació en el seno de una familia de tradición beisbolera, en la ciudad de Maracaibo el 29 de abril de 1.934 (acaba de cumplir sus 87 años de edad) y por casualidades de la vida, debutó un 18 de noviembre “día de la chinita” en el béisbol nacional, en el año de 1.953 con el equipo de Gavilanes de Maracaibo, día en que, según la historia, recibió de su padre “Don Luis Aparicio El Grande”, su bate y su guante, como herencia deportiva familiar, de padre a hijo (menudo honor).

Logró llegar a las grandes ligas del béisbol en el año de 1.956 con los Medias Blancas de Chicago, equipo con el que obtuvo sus mayores logros individuales, entre ellos, el galardón como novato del año de esa temporada. También en ese año de 1.953 comenzó a esculpir su asombrosa técnica para robar bases, haciendo gala de una velocidad nunca antes vista en la época y que por su constancia, dedicación y aptitud física, logró sus nueve títulos como máximo estafador.
Otro logro importantísimo de mi homenajeado es en de haber ganado nueve guantes de oro en la posición que siempre defendió como shortstop, lo que habla de su impecable defensa.

_{Luis Aparicio Junto a su Guante de oro Fuente}

Cerró con un promedio de bateo de por vida en la gran carpa de .262, es decir, fue un pelotero completo, tanto a la ofensiva como a la defensiva. Tuvo 13 apariciones en el juego de estrellas y ganó el título de la serie mundial, alzando el trofeo de campeón en el año de 1.966 con los Orioles de Baltimore. Tras haber jugado durante 18 exitosas temporadas y haber vestido la camiseta de tres grandes e históricos equipos (Chicago White Sox, Baltimore Orioles y Boston Red Sox), se retiró por lo más grande en el mejor béisbol del mundo, siendo recordado como el primer prototipo de campocorto por excelencia, simplemente un gigante de la defensa, un as de la velocidad y ejemplo de buen jugador de pelota al más alto nivel.

_{Luis Aparicio -cuando ingresó al Salón de la Fama Fuente}

Finalmente nuestro Luis Aparicio, fue un 12 de agosto del año 1.984 que gracias a la divina Providencia y a su historia imborrable, recibió el máximo honor para pelotero alguno, con su exaltación al salón de los inmortales del béisbol. Llegando a la cúspide que todo deportista anhela, al ser reconocido como baluarte innegable para este deporte de tan importante tradición, tanto en los Estados unidos, como en Venezuela. Tal mérito fue motivo de orgullo nacional y amor al deporte, ya que vimos cumplido un sueño, que pasó de ser un éxito personal, a un logro de todo el país que le vio nacer.

Por tal motivo, hoy hago este espacio para dejar mi participación en tan interesante concurso, pero más allá de este, quiero traer a la memoria de las nuevas generaciones, una de las más grandes historias de nuestro primer deporte tradicional, como lo es la pelota criolla. Y como protagonista, entre tantos nombres de grandes exponentes, sobresale uno de especial jerarquía, quien aún es nuestro único salón de la fama y ejemplo vivo para la posteridad.

FUENTE IMAGEN

Así que si de inmortales del deporte hablamos, nadie hace tal gala en nuestro país como nuestro Luis Aparicio. Primer y único venezolano en ostentar su placa en el museo de los inmortales.

Les dejo un EXCELENTE Documental que describe a un ser que dio su vida por la pasión al deporte