La última vez que compartí contenido que consideré podría tener algún interés para los lectores del Juego del Diario fue en mayo, cuando Laika se fracturó su pata y hubo que operarla de emergencia: THE DIARY GAME: May 18th - 2022 | #club100 | Laika se fractura una pata. Ahora, luego de haber luchado con una fiebre muy persistente por aparente COVID-19, quiero compartirles cómo fue mi experiencia, ya que puede haber elementos de interés para quien pase por aquí.

Desde el martes 02 de agosto en la noche presenté síntomas de aparente COVID19. El sábado 30 de julio estuve expuesta al virus, al coincidir con un familiar en un vehículo cerrado. Aquí, debo decir, que las mascarillas suelen adornar. El martes empecé a presentar síntomas; afortunadamente, además de una leve tos que apareció apenas ayer, hoy puedo decir que estoy que me encuentro bastante bien.

Me llamó fuertemente la atención cuando el martes 02 desperté casi a las 8 de la mañana, sin haberme despertado con el saludo escandaloso de los loros, el cual siempre ocurre entre 5:50 a.m. y 6:20 a.m. No quise desayunar, ni tomar café. A eso de las 11 a.m. hice una larga siesta; me levanté a las 2 de la tarde, aún sintiendo sueño y sin hambre. Ésta fue una alarma para mí y no me equivoqué, pues en la noche, ¡bum! fiebre. Estaba enferma. Confirmado.

Aunque la prueba para detección de antígeno SARS-CoV-2 dio negativa, como siempre ha sido mi caso, yo tenía todos los síntomas y ya sabía qué hacer. Así que llamé a mi hermana, quien es médico, para que me orientara con respecto al tratamiento. Ella y su esposo, quien es neumonólogo han ayudado a muchas personas desde que inició la pandemia. No puedo describir mi gratitud hacia ellos y el alivio que significa tenerlos allí para apoyar a la familia y a los amigos sobre todo durante estos últimos años.

Tratamiento

Además de medir constantemente durante el día la oxigenación en sangre y mi temperatura, debía tratar en lo posible de descansar mucho sobre mi espalda, para cuidar mis pulmones. También debía tomar infusiones calientes, para lo que tenía muchas hierbas en mi jardín, entre ellas el orégano orejón, que tiene propiedades antibióticas.

Ya yo había reanudado la ingesta de vitamina D y vitamina C desde hacía semanas.

Afortunadamente, tenía todo lo que necesitaba en casa y pude comenzar medicación esa misma noche.

El martes 02, solo tenía sueño y fiebre. Inicié con:

• Antigripal cada 6-8 horas
• Antialérgico cada 12 horas

El miércoles 03, amanecí con un nuevo síntoma: dolor muscular y en las articulaciones. Inicié Meloxicam cada 12 horas y usé Dencorub en mi espalda y articulaciones.

Este día fue el peor de todos: debilidad general, leve escalofrío, dolor de cabeza más o menos severo, dolor muscular, pérdida de apetito, hipersensibilidad en la piel. La fiebre llegó a 38.6 grados, la fiebre más alta que he tenido en mi vida, pues nunca he sido enfermiza. También sentía pequeños espasmos y era la primera vez que los experimentaba. Todo esto me puso, además, en un ánimo irritable. En los breves momentos en que el dolor de cabeza se aliviaba, no podía ni siquiera leer porque me dolían las manos y los brazos al sostener un libro y ni hablar de distraerme con el teléfono, ya que sentía que pesaba una tonelada.

El miércoles 03 fue un mal día, pero pudo haber sido peor de no ser por las atenciones de mi esposo y de mis gatas. Mi esposo me las traía al cuarto por turnos para que me acompañaran.

A la derecha, pueden ver a Horacia; está bajo la cobija, sobre mi vientre, mientras yo descansaba en el chinchorro que tengo en el estudio. Allí tengo una cama también y me elaternaba entre uno y otro, para que no me doliera la espalda de tanto estar acostada.

Acariciar a mis gatas me ayudó mucho, ya que estar enferma me pone el humor de perro y el antídoto debe ser, definitivamente, una buena dosis de michis.

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Hoy me siento bien, como les decía al inicio del post. Ya solo estoy tomando las vitaminas y el antialérgico cada 12 horas y debo usar inhaladores preventivamente, para no llegar a tener que tomar antibióticos.

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• Salbutamol cada 8 horas
• Budesonida cada 12 horas.

Mi tos es muy leve. Solo toso un par de veces dos o tres veces al día. Si esto llegara a empeorar, y llegara a expectorar con color, deberé iniciar antibióticos —pero dudo llegar hasta allá.

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Alimentación

Agua, infusiones calientes, cereal con leche y gelatina. Eso fue básicamente lo que comí porque era lo que mi cuerpo pedía.

Como soy una mujer precavida, hice suficiente gelatina y la guardé en vasitos de yogurt.

Jamás tomé tanta agua como entre martes y viernes. No sé cuántas infusiones calientes tomé estos días, pero creo que fue un promedio de 4 diarias, tal vez. Comí muy poco, tal vez cuatro veces en cuatro días; del resto, mi estómago solo aceptaba infusiones calientes, a las que les puse miel.

Cumpleaños en reposo

A pesar de haber pasado lo peor y haber amanecido bastante bien el jueves 04, la verdad no estaba de buen humor. Era mi cumpleaños y dejé sonar el teléfono. Preparé mensajes y cuando me sentí mejor, los envié a todos los que me llamaron para felicitarme. Solo atendí la llamada de mi hijo y de una de mis amigas más queridas, que es como mi sangre, que está viviendo en Ohio y con la cual tenía dos mese sin hablar.

Este jueves 04, a pesar de no sentirme óptima, tuve que cumplir con la labor de curación con SteemCuratror 08 para la plataforma. Con algo de esfuerzo y mucho sueño, logré curar 25 posts. Era el mínimo esperado, pero en vista de las circunstancias, yo creo que no estuvo nada mal.

No hay mucho que contar sobre mi cumpleaños este año. Mi día transcurrió básicamente tomando infusiones y comiendo gelatina. Mi esposo me hizo un quesillo de cumpleaños que no me animé a probar sino hasta hoy. ¡Buenísimo! La verdad es que le queda sabrosísimo.

Hoy es sábado y me siento súper bien. Y este quesillo solo lo mejora...

Todo el texto y las fotos son de mi propiedad.

Las fotos fueron tomadas con la cámara de mi celular (Redmi 9T).

Muchas gracias por visitar mi post :)