Muy acertados tus puntos de vista, suele pasar que la impetuosidad de la juventud nos acompañe por un buen tiempo y no nos demos cuenta de las consecuencias de nuestras palabras y lo peor es que una vez las hayas expresado el efecto es inmediato y cuesta mucho enmendar el daño.

En cambio palabras positivas nos pueden elevar la autoestima y cambiar el rumbo de nuestras vidas. Un placer, hasta pronto.