Hola @inspiracion, que verídicas tus palabras, merecemos consentirnos, suele pasar que nos esmeremos por mimar a otros, consentir a otros bien sea en la casa, en el trabajo y en medio de todo el agite en el que puede convertirse nuestra vida por las responsabilidades de adulto nos saboteamos, vamos quedando de lado.

Creo que todos hemos pasado por ello en alguna etapa de nuestra vida, la mía fue la niñez y adolescencia. Siendo adulta en ocasiones cedía para consentir a mi mamá por amor pero llegó un momento en el que dije: ¡Merezco ser feliz a mi manera! y allí ocurrió el cambio jaja que no gustó mucho pero eso es material para una publicación jaja.

Gracias por la invitación.