Lunes de Escritura Junio 10-2024 #sv-escritura| El recitar

Valeria, era una niña de tan solo 8 años que había recibido el don de una voz angelical para el canto y su abuela quiso que ella se integrara al coro parroquial para que desarrollara sus habilidades.

_{Portada editada en PowerPoint con fotos de mi propiedad/ @leonciocast / Apure-Venezuela / Junio 2024}

Cada sábado al terminar su formación de catequesis, Valeria se quedaba una hora más en la iglesia para ensayar los cantos que al día siguiente en la misa dominical ellos interpretarían.

Desde el primer día que se integró el Director del coro sabía que estaba frente a una niña prodigio en lo que se refería al canto y siempre la tomaba en cuenta para que ella hiciera algunas veces de solista.

La primera vez que interpretó una canción durante la misa todos se enternecieron al ver la magistral intervención de la niña que no solo cantaba sino que en su expresión corporal nos hacía vivir a plenitud lo que decía la letra.

_{Valeria en el ensayo de los cantos/ @leonciocast / Apure-Venezuela / Junio 2024}

Pasado algún tiempo llegó el mes de Mayo, y en la iglesia se propuso que el coro de niño preparara un recitar especial para las madres y la primera que quiso interpretar un tema de manera voluntaria fue Valeria. El director tuvo de acuerdo y ensayaron durante dos semanas consecutivas y llegado el domingo destinado al día de las madres, todo parecía estar perfecto ya que en los ensayos todos los niños lo habían hecho muy bien.

Llegó el momento de la serenata y los niños hicieron la primera interpretación en coro y todos los presentes se fascinaron con la hermosa interpretación de la primera pieza.

_{Valeria iniciando su interpretación/ @leonciocast / Apure-Venezuela / Junio 2024}

En segundo lugar le tocaba a Valeria, y cuando el director empezó a tocar la guitarra y le dio la entrada para que ella comenzara, Valeria intentó cantar pero unas lágrimas se lo impidieron. Inmediatamente el director se acercó para calmarla, pero Valeria no controlaba el llanto. Luego de unos minutos, un poco más tranquila ella tomó el micrófono y dijo a todos: "Perdonen que no les pude cantar la canción, pero no pude porque hoy solo quería que mi madre viniera para estar conmigo, pero como ella pertenece a otra religión, no quiso venir.

La niña entonces empezó a cantar a capella, con voz entre cortada y llorosa y todos los presentes empezaron a llorar también. El director, tocó la guitarra y Valeria se fue animando y su voz se normalizó logrando interpretar la canción de la manera más hermosa posible.

Todavía no había terminado de cantar cuando de manera sorpresa alcanzó a ver que en el atrio de la Iglesia un taxi se detenía y de ella se bajaba su madre quien inmediatamente entró y se acercó a la niña para abrazarla y decirle que la perdonara.

_{La madre de Valeria siendo consolada por el coro de niños/ @leonciocast / Apure-Venezuela / Junio 2024}

La madre de Valeria tomó el micrófono y les dijo a todos: "Estaba yo en mi casa pendiente de la invitación de mi hija a esta actividad, pero mi disciplina religiosa me lo impedía, y al rato mi madre me llamó para decirme que ella estaba actuando y no lo pudo hacer porque al no verme se entristeció. Yo pensé entonces qué tipo de madre era yo que no estaba allí para mi hija?, ninguna religión debería impedirlo, así que me vine para que sepa que ella es lo más importante para mi.

Todos los presentes aplaudieron ante aquella escena y la serenata continuó convirtiéndose en uno de lo recitales a las madres más nombrados y significativos en la historia de la aquella iglesia.