Hola mi gente de Steem Venezuela. Les invito a leer la siguiente historia y a disfrutarla al máximo.

Cristina orando

La nieta

Cristina cada día al acostarse acostumbraba hacer su oración pidiendo para que su familia estuviese unida y siempre contara con la compañía de sus padres, pero algo en su interior le decía que esa suerte se le acabaría pronto, pues había escuchado conversar a su madre con su padre sobre la posibilidad de meterla en un hogar de cuidado diario pues la situación económica los estaba obligando a que no solo Rodolfo trabajara sino que ella también tendría que hacerlo.

Aquello significaba que ahora solo vería a sus padres al llegar al final de la tarde y los fines de semana, y el resto del tiempo lo pasaría en el colegio y en el hogar de cuidado diario. Aquella idea no le gustaba y hubiese preferido quedarse con sus abuelos pero estos vivían en otro poblado muy alejado.

Al día siguiente durante la cena Martha le dijo a Cristina que su padre y ella habían tomado la determinación de que ambos deberían trabajar para poder sostener la familia y que a partir de la semana siguiente ella al salir de la escuela, debería ir al hogar de cuidado diario que quedaba cerca de la casa.

Cristina se entristeció mucho y apenas comió algo y pidió permiso a sus padres para irse a la cama temprano. Sus padres entendiendo como se sentía ella accedieron a su petición.

Cristina durante la cena con muchas dudas y molesta

Cuando estuvo sola en su cuarto, en un tono de disgusto hizo su oración, que en esta ocasión fue de protesta, diciendo: “No entiendo Señor, porque has permitido esto, si siempre me porto bien y todos los días lo único que te pedía era que nos mantuvieras unidos y por el contrario ahora mamá y papá estarán fuera todo el día y yo estaré con una gente que no conozco y con los que no deseo estar”.

Continuó su oración diciendo: ”Me siento defraudada y lamento mucho que no me oigas, y por eso desde ahora no volveré a rezar”.

Esa noche Cristina lloró mucho y a la mañana siguiente sus padres la llevaron para que conociera el lugar donde pasaría sus tardes y cuando ella fue viendo al grupo de niños que estaban en una cancha jugando divirtiéndose, se dio cuenta que no todo era tan malo como se lo había imaginado.

Niños divirtiéndose en el hogar de cuidado diario

Mientras estaban esa noche cenando sonó el celular de Martha y Cristina vio que su madre empezó a llorar y todos les preguntaron qué había ocurrido y Marta les dijo: Mi padre ha muerto”.

Todos se entristecieron y se dispusieron a salir de inmediato a casa de los abuelos que quedaba a unas tres horas de distancia.

Una vez que se realizó el acto del sepelio como la abuela quedaría sola, decidieron que ella se mudaría con ellos para que se hicieran compañía y a la vez le ayudaran con Cristina. La abuela en principio puso resistencia, pero luego entendió que de esa manera pasaría más tiempo con su única nieta, así que aceptó.

Esa noche Cristina, hizo su acostumbrada oración, primero pidió perdón a su abuelo ya difunto porque sentía que por ser tan egoísta él había muerto, luego agradeció que la abuela ahora estuviera con ella y finalizó pidiendo perdón por su mal proceder.

La abuela la escuchó orando y se le acercó diciéndole: “Hija no te sientas mal, Dios quiso que tu abuelo se marchara a su lado y no es por tu culpa, más bien él debe estar contento porque desde ahora estaremos juntas tu y yo por mucho tiempo. Ahora él descansa y nosotras recuperaremos el tiempo perdido y nos divertiremos juntas”.