El es Pepe, pero todos le dicen pepito, sus padres fueron personas sin educación ni ningún bien económico, al nacer Pepe, tomaron la más terrible decisión y fue abandonarlo, para suerte de el, aunque no se si llamarlo suerte, fue recogido por una señora, que utilizaba a los niños, para poder conseguir, comida y dinero.

Pepe tenia solo 10 meses cuando fue abandonado por sus padres, desde entonces en compañía de doña Fita, visitaban las casa en busca de comida, el era su mejor instrumento de suerte, cada vez que alguien al abrir la puerta, veía el rostro de pepe, su corazón se llenaba de bondad y siempre conseguían algo, a veces hasta dinero.

Pasaron los años, ya Pepe tiene 7, ahora le toca valerse por si mismo para conseguir algo, su talento principal, hacer reír a las personas con sus increíbles ocurrencia, pero no siempre tenia suerte, muchos al verlo, lo corrían como si fuera un animal molesto, sin por un momento observar que solo se trataba de un pequeño niño hambriento, ya esto era normal para el, solo tomaba sus cosas y se iba.

Creo que es fácil pensar que la vida de este niño, no fue ni ha sido fácil, el momento más esperado por Pepe era la noche, por cada vez que cerraba sus ojos, deseaba soñar con ser el niño de alguien, ya que su viejo amigo Fercho, le había dicho entre risas y carcajadas, que para que el tuviera lo que otros niños tienen, eso solo lo encontraría en sus sueños, por eso cada vez que iba a dormir, su deseo era, tener una familia, tener un hogar, una suave cama y ropa limpia y sobre todo, no volver a tener hambre nunca más.

Un día Pepe se levanto tras una pesadilla, gritaba auxilio, auxilio, al levantarse todos se rieron de el, le dijeron que estaba loco, pero la verdad era que Pepe estaba con una fiebre por encima de los 40 grado, a nadie eso le importo, cada quien se cuidaba solo, pero la rutina tenia que seguir, todo débil y con dolor en el cuerpo, salio a su rutina diaria.

El día culmino y la suerte no lo había acompañado, ni un bocado había podido llevar a su boca y además con una fiebre que lo hacia sentir como si tuviera un volcán dentro de el, si nada de fuerza y todo tembloroso, se fue a dormir, no tenia nada más que hacer.

Esa noche Pepe tuvo suerte, soñó que su familia lo esperaba con los brazos abiertos, preguntándole donde había estado, entro a casa, se baño, comió hasta saciarse, su linda madre le leyó un cuento, mientras papá le acariciaba su cabeza, hasta quedarse dormido, lamentablemente, esa fue la ultima noche de Pepe, se fue de este mundo con el más lindo de todos los recuerdos, el sueño de se el niño de alguien.

Al día siguiente, nadie lo lloro, nadie reclamo su cuerpo, solo entre los que lo conocieron se oía decir esto.

Más que una reflexión, esto es un llamado de conciencia a todos amigos míos, esto tal vez pueda ser un relato sacado de mi imaginación, o tal vez sin saberlo, estaré contando la realidad de muchos niños y jóvenes de hoy en día, abramos los ojos al estar en la calle, tal vez sin saberlo, nos podamos convertir en el ángel guardian de algún niño, que esta en la calle en busca de compasión, amor, alimento y una mano amiga, deja que tu corazón hable cuando la vida te permita estar frente a alguno de ellos y ofrece un poco de ti, Dios te bendiga.