Roraima de los Dioses, Venezuela es tu cuna y tu refugio, un lugar que es tan mágico como su nombre y tan especial como tu existencia, jamás morirás en vano porque tu esencia no es de este mundo; pertenece a la providencia sagrada que puso aquella joya en ti, como el más grande misterio tenebroso que está rodeado de belleza, encanto y naturalidad.

     Monte de montes, los tepuyes te escoltan hasta la antigüedad de tu nacimiento, la única que conoce cómo fue tu parto estelar, lleno de acompañantes de otras galaxias que aun vienen a visitarte para nutrirse de tu energía y seguir existiendo en la eternidad de las constelaciones.

     Me arrodillo ante ti porque no soy nada ante tu majestuosidad, que tus valles me consuman, que tus aguas me vitalicen y que tus ramas me acobijen en medio de este amenaza que se llama mundo terrenal, donde refugios como tu, son el pulmón para un ser humano que no ha entendido el porqué de tu existencia.