Saludos a todos en la comunidad de @steem-venezuela, hoy en día de escritura traigo algo para compartir, espero sea de su agrado

Cuando tenía 23 años en el año 2009 en un trabajo como vendedor de artículos de belleza, aprendí cuando iba con mi compañero de carretera que podía dar un golpe de aceleración al vehículo automático, es decir, a pesar de no ser un vehiculo con caja sincrónica se podía lograr sobre la velocidad una potencia adicional, lo básico porque no se mucho de mecánica 🤦🏽‍♀️ es dejar de pisar el acelerador y en unos instantes después lo apretamos a fondo creando un instante de potencia adicional o sobre marcha.

Nuestra vida lleva una velocidad constante, a veces lenta por los diversos problemas que tenemos, acumulamos deudas, penas del corazón, estar sin hogar, sin trabajo sin sustento. Es decir sin opciones, sin garantías de salida, sin esperanzas...

Una historia con gran impacto en mi, es la de Abraham en el libro de génesis en la biblia, Dios le dice que será padre de muchas gentes y por el serán bendecidos generaciones, pero (nunca falta el dilema del pero), él con casi 100 años, su esposa Sara infértil, en medio de esas sircuntancias tuvieron su hijo Isaac y la promesa de Dios se cumplió; la promesa pendiente de generaciones bendecidas por él fue realizada más adelante, él no pudo ver pero creyó y lo hizo tan ferviente que pasó

Sabes, hay muchos personajes de la historia que lograron sus mayores éxitos cuando todos daban por sentado que ya no había manera, el punto donde estos personajes torcieron la curva estadística como diría Craig Groeschel, es al seguir enamorados de sus metas, apasionados por sus sueños, decidieron dejar de acelerar un momento para inyectar una vez más esperanza y fe, tanto en ellos como en lo que Dios podía hacer en su vida, siendo está influencia tan poderosa como para hacer una sobre marcha total en la nuestra.

Nuestra esperanza de vida es menor en comparación a lo que pueden proyectar nuestros sueños de la mano de Dios, su visión va mucho más allá de la nuestra, no importa lo que pase siempre hay una salida para la situación que vivimos, para nuestro país, para Latinoamérica, y todos los países.

¡Llegaremos a morir, es inevitable! Tal vez no verrmos la promesa cumplida, la siguiente generación que observé, nuestro optimismo, trabajo y forma de hacer lo posible por generar nuestros sueños, comprenderá todo lo que implicó ese empuje de velocidad adicional, en especial que existe una esperanza contra todo pronóstico, contra toda esperanza