Hay días buenos y días difíciles, lo importante es cómo reaccionamos ante ellos.

Hoy no es un secreto lo que estamos viviendo en mi país, Venezuela, para dar una imagen resumida, hoy en mi área no hay servicio de transporte, la mayoría de los establecimientos comerciales están cerrados, las actividades deportivas, educativas, culturales, suspendidas… la llegada de la noche nos sumerge en un silencio de incertidumbre, muchas partes del país están militarizadas…

Cada día y noche esperamos que la verdad resplandezca como el sol del mediodía…

La indignación nos acompaña al igual que un dolor que está allí en el corazón, es el dolor de la injusticia por cada persona maltratada, por cada madre, niño, joven... Por un pueblo que sufre y que clama.

Por años pensé que lo más importante era la paz y trataba de buscarla. La paz se confunde con el silencio y aunque en la paz es posible que haya silencio, este no es la principal característica de ella, lo que más caracteriza a la paz es la libertad de ser, sentir y obrar.

Una vez leí una frase que para mí fue muy reveladora: “Sin justicia no hay paz”.

Quien quiera alcanza la verdadera paz tiene que atravesar el camino hacia la libertad, un camino que puede ser difícil, empinado, estrecho.

¿Y qué tiene que ver la libertad con la justicia?: TODO.

¿Cómo podemos ver un ejercicio libre de los poderes si no hay justicia? El poder de elegir se ve oscurecido por la injusticia.

¿Cómo podemos expresarnos libremente, tomar decisiones, si no hay justicia ante las mentiras, los abusos, los fraudes? Cómo podemos reaccionar si no hay garantías para la libre expresión y para la libertad en general? Sin embargo la indignación hace que todos se rebelen.

No puede haber paz en medio de tantos abusos y yo me pregunto… Los que callan, toda la comunidad internacional, los que no se pronuncian, los que se pronuncian para abstenerse, los que solo están ausentes…

Presenciar un crimen y quedarse callado te convierte en cómplice… el silencio otorga. Y por eso es que hoy se está luchando por exponer la verdad irreversible ante el mundo.

He escuchado mucho que la lucha es interna, que los venezolanos debemos resolver nuestros problemas. Y para esto es importante saber que la respuesta no es el odio al que tienes al lado que apoya el sistema, porque precisamente una estrategia de este sistema ha sido dividir a los amigos, las familias, los hermanos, para que no ocurra la unión que puede hacer que juntos seamos una fuerza indetenible, imparable.

La buena noticia es que poco a poco ha crecido la conciencia, poco a poco hemos recobrado la unión, poco a poco todos somos uno: Somos la mayoría. Y yo tengo la fe de que esto es así a todos los niveles, internamente. Hemos crecido, no somos los mismos de hace unos años.

¿Qué queda hacer? Pienso que cada uno desde donde este puede aportar para construir el futuro deseado, cada quien está jugando su papel luchando de diversas maneras. Solo que realmente pienso que la lucha es trabajando, construyendo, uniendo fuerzas, captando al que tienes al lado, no es destilando odio, es buscando unir, con el ejemplo.

El enemigo no es tu vecino, tu compañero, tu familiar o conocido que piensa distinto. Abre los ojos, el enemigo es toda esa ideología dañina que está cayendo con todo su peso.

Decía Facundo Cabral que el mal se destruye a sí mismo y el bien se crece naturalmente.

Los buenos somos más. No te dejes engañar.

Como venezolanos tenemos la gran tarea de labrar y construir el camino hacia la libertad que es lo que nos llevará a un país donde haya justicia y una verdadera paz.

Mi anhelo es que no perdamos las fuerzas, que no perdamos el ánimo, que no nos llenemos de odio, que nos mantengamos dignos, que podamos alzar la voz por lo que queremos: justicia, libertad, el poder de elegir, de poder pensar y actuar libremente. Un país digno del que todos nos sintamos orgullosos. Que volteemos la mirada a esos altos valores que deseamos alcanzar para esta bella tierra que es nuestro terruño.

Perder la esperanza no es una opción. Yo creo y tengo fe que mi país saldrá de este trance que ya lleva años para ser un país que va a resplandecer como una luz para el mundo, sabemos que tal vez no vuelva a ser la Venezuela de antes, de nuestros padres, pero si para ser una Venezuela crecida, madura, mucho mejor de lo que nunca ha sido. Esa es mi esperanza.

Yo tengo fe…

Estoy siguiendo una de mis recomendaciones, tratando de escribir✍️ sobre aquello que estoy pensado🤔… Tú que estas allí leyendo, si has llegado hasta aquí, te invito, tú también lo puedes hacer.😉

_{Las fotos son de mi autoría.}

@inspiracion