La semana había terminado. Rodion necesitaba relajarse. La idea de quedarse en casa viendo películas no le apetecía. De hecho, el aire en su casa se sentía viciado y sabía que abrir las ventanas no iba a ser suficiente.

No era la primera vez que ella hacía esto. Vestir de forma coqueta y buscar un ligue con la esperanza de que sea el tipo correcto. Ése era el problema, que los hombres que ella atraía nunca iban a ser del tipo correcto.

Rodion extrajo su celular del bolsillo del saco para leer unos mensajes. Estaba muy enfocado en responderlos cuando escuchó un escándalo.

Jocantha se peleaba con otra mujer vestida de forma más hortera que la de ella y corría el riesgo de salir herida. El "compañero" de baile veía la escena, feliz de que esta tuviera lugar por su culpa. Rodion guardó el teléfono y se levantó a proteger a su amiga. El plan era separarlas y llevarse a Jocantha del lugar. Las peleas de bar duraban poco. Los borrachos, sean hombres o mujeres, son como niños: hacen un berrinche ahora y más tarde andan en otras cosas o están juntos de nuevo.

El bartender no intentó detenerlo ni llamar su atención. Conocía a Rodion lo suficiente como para saber que él volvería para pagar su cuenta.

Rodion llevó a Jocantha a su casa y la acompañó por el resto de la noche.

Al día siguiente, los dos despertaron. En vez de una posible pareja de amigos con derechos, más bien se veían como un par de hermanos que compartían el lecho.

Horas más tarde, desayunaban en una panadería y salían a pasear al parque. Hablaban en voz baja, pero lo suficiente como para poder oírse.

Rodion escuchó, una vez más, la desdicha de su amiga que era la misma suya.

—Estoy cansada, Rody -lloró ella- es como si yo no fuese capaz de atraer gente decente a mi vida.

—Entiendo —le contestó.

—Estoy harta de hombres ridículos que te quieren solo durante un mes, de amigos con dobles intenciones y gente que te ve la cara de idiota constantemente.

—Claro, lo sé.

—¿Y de qué carajo sirve saberlo si no puedes cambiar nada? Ya estoy cansada de tener cara de culo todo el día porque ser antipática es lo único que mantiene a la gente a raya ¡incluso a la gente decente!

—No vuelvas a buscar parejas en clubes, Jo —le aconsejó Rodion—. Estás perdiendo tu tiempo.