Es un placer participar en S-V Desafío fotográfico, promovido por nuestra amiga @miyexi, y gustosamente comparto con ustedes.

Cuando leí, me dije, ¡bingo! Las golosinas las tengo en mi cartera tienen una historia para contar. Cuando me toca hablar de dulces, estoy raspada. Nunca he sido amante de las golosinas, son sabrosas no lo niego. En ciertas ocasiones, me provoca comer dulces y me desato comiendo todas las golosinas, que por tiempo he dejado de comer. Cuando asisto a un cumpleaños, ni hablar, me preparo mentalmente para probar todas esas delicias que nunca faltan. Pruebo un poco de todo, hasta que no reparten la torta no me retiro del lugar, je, je, je, je.

Pero les comento que esta cajita de la foto la compré hace aproximadamente unos 20 días en la farmacia, estaba comprando unas medicinas. Cuando me acerqué a la caja, me llamó la atención las cajitas que estaban colocadas a un lado del punto de venta, me quedé observando. Menos mal la persona que me atendió era una persona paciente, me preguntó, “Desea comprar una caja”, le respondí con otra pregunta “¿Qué es eso?" "Son pastillas de chicles y su precio son 10 bolívares". Como la vi económica, la compré

Al mostrar mi factura de pago al vigilante y salir de la entrada principal del local, abrí la caja para matar mi curiosidad y la probé. Les comento, fue increíble el sabor. Me llevó a un mágico reencuentro de mi infancia, el mismo sabor de los chicles Adams de los años 60, que siempre compartía con mis familiares y amiguitos de esa época. Había probado muchas marcas, pero en ninguno había encontrado ese rico sabor a canela, me trasladó a otros tiempos.

La caja trae de 10 a 12 pastillas, de las cuales me quedan sólo 4. Los he llevado en mi cartera a todos lados y mastico sólo en momento de tranquilidad. Los he consumido de 2 en 2, si me como uno, quedo con ganas de comerme el otro. Ya me tocará comprar otra caja antes que se agoten.