Es un placer concursar en Mi historia Paranormal, de Steem Venezuela. Organizado por nuestro amigo @Marvinvelasquez. Y a continuación le presento mi participación.

De una cosa estoy segura, debido a los cuentos que mis padres, abuelos y tíos, relataban cuando era pequeña, siempre he sido una persona que le teme a la oscuridad y a los cuentos de terror. Ellos disfrutaban sus tardes de relatos espeluznantes. Vivíamos en una zona bastante lejos del pueblo. En ese lugar no había luz eléctrica, nos alumbrábamos con lámparas de queroseno. Para ellos era mejor contar sus historias en la noche al lado de una fogata, era cuando tenían más tiempo libre y el ambiente se prestaba para que los cuentos fueran más reales y produjeran miedo entre los presentes. Personalmente yo me asustaba mucho y miraba a cada momento hacia los árboles con el temor de mirar algún fantasma o duende corriendo entre la maleza.

Dentro de todos esos cuentos, les voy a mencionar uno de los que mamá me relató, era que miró a la Sayona y tenía un rostro horripilante. No sólo ella, también había cuatro mujeres que la acompañaban a cortar leña en la montaña para prender el fogón y las fogatas. El medio de transporte que usaban para bajar la madera eran unos burros. Dos de ellas eran personas de temperamento tranquilos y creyentes de Dios. Eran comadres católicamente cruzadas, por llevar a bautizar a sus hijos. Sin embargo, estando a mitad del cerro, hubo un momento que inesperadamente cambiaron de actitud como si tuvieran poseídas. Se agarraron a puño, patadas, se halaban los cabellos, gritaban y decían grocerías.

Mientras las mujeres forcejeaban, las demás trataban de separarlas. No entendían que estaba sucediendo hasta que en la cima de la montaña miraron a una mujer llorando y les hacía señas que se acercaran. Mientras pasaba más tiempo, la mujer lloraba más fuerte y se hacía más grande y su ropa cambiaba de colores. Mamá contaba que fue tan grande del susto se olvidaron de cortar la leña. Cada una se montó en su burro y como ellos son lentos para correr, ellas les halaron los pelos para que corrieran y lograran bajar el cerro a toda velocidad.

La interrogante es si fueron cinco personas que vivieron ese momento y cuentan la misma historia, ¿fue imaginario o real?