Concurso "En Honor a la Mujer" (Mi Mamana, una mujer de temple)

in Steem Venezuela4 years ago (edited)


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Mi "Mamana", mi abuela Ana

Leer la convocatoria a este concurso y pensar de inmediato en mi Mamana fue una sola cosa. Mamana le decíamos a mi abuela y mi Cucú a mi abuelo.
Ella era una mujer muy recia. Se llamaba Ana Josefa Suárez de Pasquier, y mi abuelo Eduardo Pasquier Becenzenote.

Mi Mamana nació en Cuicas, estado Trujillo, Venezuela. Conoció a mi abuelo, quien era francés, y fue a ese pueblo a lo que en esa época se le decía temperar, que no era otra cosa más que recuperarse de alguna dolencia o enfermedad (gripe o algo por el estilo).
Mi bisabuela, a quien llamábamos Mamapina y quien muriera de 105 años, tenía una pensión en ese poblado y mi abuelo llegó allí a hospedarse.
A mi Cucú le encantó lo trabajadora que era mi Mamana y ver que nunca se quejaba ante las tareas cotidianas. Al poco tiempo se mudaron a vivir juntos. En Cuicas nacieron sus seis hijos.


Mi Mamana, mi Cucú y todos sus hijos

Pasado un tiempo, mi abuelo decidió ir a Caracas, para buscar mejores horizontes para su numerosa familia, llevando consigo a uno de sus hijos, Andrés, por ser el más enfermizo ya que al nacer le dió tosferina. y se vio entre la vida y la muerte. Cuando llegaron a la capital buscó una pensión en Los Palos Grandes, donde residieron hasta que él logró reunir el dinero para mandar a buscar al resto de la familia.
Vivieron en Caracas un tiempo y decidieron buscar una zona más tranquila para criar a sus hijos. Fue así como llegaron a Villa de Cura, estado Aragua, donde emprendieron un negocio de dulcería haciendo suspiros, merengues, tortas, panes y dulcería criolla. Acá en Villa de Cura se casaron, mi Cucú reconoció a todos sus hijos. En esa época ser hijo natural era un estigma. Mi mamá tenía en ese entonces catorce años. Con el correr del tiempo tuvieron que regresar a Caracas porque mi Cucú tenía enfermedad coronaria y necesitaba atención médica. Mi abuelo falleció en el año 1962.
En el transcurso de cuatro años la familia se llenó de luto, murió mi Cucú, su hijo mayor, quien contaba con tan solo 33 años. En los años siguientes, 65 y 66, por razones políticas sometieron a desaparición forzosa a dos de sus hijos, quienes son desaparecidos hasta el día de hoy, en el transcurso de pocos años a mi Mamana le tocó vivir la muerte de su esposo, un hijo y la desaparición de otros dos.
Mi Mamana duró mucho tiempo buscándolos en todas las comisarías y cárceles de los pueblos cercanos a donde ocurrieron los hechos. Llevaba en su cartera un cambio de ropa interior, un desodorante, un cepillo de dientes, su lápiz labial rojo y un cambio de ropa y por lo general tenía que dormir en las plazas al frente de las comisarías. Llegó un momento en que mi mamá le dijo: "Ya no más, tiene que estabilizarse en algún sitio, usted no puede seguir en eso" Recuerdo que mi Mamana lloraba, lloraba, lloraba, pero conforme lloraba también reía. Trataba de llevar una vida normal.
Un día alguien le preguntó, no recuerdo quién, ya habían pasado unos treinta años de la desaparición: "¿Que haría usted, Doña Ana, si apareciera su hijo o sus hijos?" Y ella le contestó: "Yo creo que aguanté la desaparición de mis hijos, pero creo que no soportaría verlos llegar después de tanto tiempo"
Quise mucho a mi Mamana, era muy pegada a ella. Dormía, comía, salía, me bañaba, todo con ella. Un día fuimos a visitar a mi tío Rafael quien estaba detenido también por cuestiones políticas, en la cárcel Modelo de Caracas. Los carceleros algo encontraron sospechoso cuando realizaron la requisa, yo, que para entonces contaba sólo con cuatro años, no podría decirles qué fue. Inmediatamente detuvieron a mi Mamana y nos pasaron a la Disip (Policia política de ese entonces en Venezuela) ubicada en Los Chaguaramos, Caracas. Estuve allí desde la una de la tarde hasta las doce de la noche que fue cuando me rescataron mis padres.
Mi Mamana quedó detenida, pasó tres meses en las instalaciones de la Disip y otros tres en la Cárcel de Mujeres de Los Teques (INOF). Mi Mamana era una mujer que no soportaba el encierro. De hecho, en su casa ninguna puerta tiene cerradura. Ella decía que lo que más le afectaba en la cárcel por las noches era cuando cerraban las puertas para dormir. Pasó noches enteras en vela, pero jamás se doblegó ni se dejó llevar por la desesperación.
Mi abuela no fue una mujer cariñosa, de hacer cariño, de abrazar, pero era muy atenta, nos complacía en todo lo que queríamos sus nietos. Nos hacía pan al gusto, melcocha, dulces, nos rellenaba las arepas y estaba pendiente de que siempre estuviéramos satisfechos. Por ejemplo, nos llevaba el café a la cama todas las mañanas como nos gustaba a cada uno. A mí me gustaba marrón, a mi hermana Rosana (@petronila) le gustaba marrón claro y a mi hermano Guillermo + (Padre de @eduardoe) leche con una gota de café.
No recuerdo haber visto enferma a mi Mamana, ni siquiera con un dolor de cabeza, de vientre. Nunca la escuché quejarse por dolencia alguna ni la llegué a ver acostada por tener algún malestar. Se le hacía su chequeo anual y todos los exámenes salían perfectos. Recuerdo que el doctor decía: "¿Qué podemos hacer? La Sra. Ana no necesita ni vitaminas". Nos reíamos mucho por el hecho de que a mi Mamana le encantaba comer huevos. La llamábamos "tuqueque". Mi mamá a veces se los escondía para que no los comiera en exceso ya que en esa época se decía que comerlos con mucha frecuencia era dañino para la salud, sin embargo, ella que gustaba comerlos en el desayuno, el almuerzo y la cena nunca tuvo problema de colesterol o triglicéridos altos. A los ochenta y cuatro años era ella quien nos ensartaba las agujas ¡Nunca necesitó usar lentes!
Mi mamá, para lograr que ella se mantuviera entretenida y no pensara tanto en la desaparición de sus hijos, le dijo que debía ponerse a tejer. De veras que se dedicó a ello con entusiasmo. Tejió en total veinte cubrecamas matrimoniales, uno para cada uno de los tres hijos que le quedaban vivos y diecisiete para los nietos. Los últimos que tejió fueron el de mi prima Olivia y el mío. En ese entonces yo vivía en Caracas. Me entregó el cubrecamas y me dijo "Ahora puedo morir, ya los entregué todos" Yo le respondí de inmediato: "No, recuerda que mi cama es más grande que una matrimonial y tienes que hacerme las fundas porque el cubrecamas le queda chiquito" (Esto no era cierto, pero quería que ella tuviera en su mente la idea de que seguía siendo necesaria) En efecto, los dos únicos cubrecamas hechos por mi Mamana que tienen sus respectivas fundas son los de Olivia y el mío.
Quise mucho a mi Mamana, era una mujer de mucho temple, de mucho coraje, de mucha dedicación. Nos inculcó valores como la honestidad, el respeto, la puntualidad, la generosidad. Mi Mamana fue una mujer que cuando era amiga lo era en forma incondicional. Realmente le tendía la mano a quien necesitaba ayuda. La extraño mucho.


Mimamana, mi Cucú y yo cuando era bebé

Invito a participar a este concurso a @yusmi, @petronila y @amaponian

Si deseas participar en este concurso lee sus bases haciendo clickacá:

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 4 years ago 

Muy motivador tu relato @flordi, me habría gustado mucho conocer a tu Mamana, una mujer admirable. Gracias por compartir.

 4 years ago 

Una abuela muy especial, gracias por compartir tu relato

 4 years ago 

Hola @iraeli, gracias a ti por ller mi post.

@flordi, me encantó tu relato. Es maravilloso ver que la relación entre padres e hijos puede llegar a ser tan hermosa. Te mando un abrazo!

 4 years ago 

Hola @prometeo01 gracias por leer mi post

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