CONCURSO de Escritura - Una Aventura en Roraima - Steem Venezuela CONCURSO Una Aventura en Roraima.// "Un Viaje sin retorno "

La historia que a continuación les contaré definitivamente no es algo que sucede comúnmente o a todas las personas. Es la historia de mi amigo Nicanor, a quien desde niño apodamos Nicky. _Nicky_ era un muchacho soñador, talentoso y juguetón. Le apasionaba el béisbol y la vida al natural, y cuando digo al natural, lo digo justo como es. Cuando jugábamos pelota en el campo de maíz, frente a la casa de la abuela, él se quitaba los zapatos porque decía que así corría más rápido ya que sentía la tierra en sus pies. Crecimos y apenas cobró su primer sueldo se compró un morral de excursión y los implementos necesarios para acampar. Su sueño siempre fue acampar en el **_Roraima_**, donde contaban ocurrían cosas fantásticas. Nicky, como todo gran soñador, solía decir que para alcanzar los sueños había que construir una buena escalera, por eso siempre le gustó trabajar sin perder de vista sus objetivos.

Como todos los años ya se acercaban los días de vacaciones, tiempo que Nicky esperaba ansioso, días en que, como por arte de magia desaparecía de nuestra vista para volver a aparecer 15 días después con una cara sonriente y llena de vida. Por mucho tiempo Nicky había estado preparando mentalmente esa excursión, desde que se despertaba no hacía más que pensar en sus vacaciones y en la bella tierra del Roraima como su destino. Se deleitaba hablando de las múltiples formas que encontraría para hallar y hablar con un duende, quienes según la creencia popular rondaban esos espacios. No tenía tienda para acampar sin embargo, eso no le quitaba el sueño porque acariciaba la idea de dormir con el cielo lleno de estrellas como techo y aseguraba que precisamente ese era uno de los encantos que tendría la excursión. Vivía contándonos de las diferentes experiencias que había escuchado acerca de personas que decían haber visto "platillos voladores" en el lugar y él tenía la seguridad de poder ver y hablar con un extraterrestre.

Finalmente era viernes, el fin de semana había llegado y con él su vacaciones. Como era una persona precavida, mi amigo había preparado su morral de expedición tres meses antes, decía que esa era una manera de asegurarse de que su viaje se haría realidad. Todo estaba arreglado y dispuesto, Lo único que no tendría sería mi compañía porque yo debía trabajar.

Por fin llegó el tan añorado día. Tomó su avión, y sus sueños y expectativas volaron con él. Al llegar notó que había personas emocionadas y expectantes, y quienes, al igual que él esperaban al resto del grupo junto al guía para así dirigirse a su destino. El recorrido, la flora, la fauna los riachuelos y cada cosa que veía era causa de emoción y entusiasmo para NIcky quien siempre se encargaba de que lo supieran los que a su alrededor se encontraban al momento. Cuando finalmente llegaron al lugar donde acamparían se dio cuenta que entre los asistentes se encontraba un conocido e intentó saludar con un gesto, sin embargo, no lo vio, entonces lo llamó, lo hizo una vez y cuando intentó volverlo a hacer, el guía le pidió que por favor no gritara porque si lo hacía su grito agitaría las nubes y comenzaría a llover. Cuando eso pasó él recordó haber leído acerca de ese mito en el que creían los lugareños, con mucha vergüenza bajó la mano con la que pretendía saludar a su amigo y como conteniendo su impulso apretó el puño, pidió disculpas y se dispuso a seguir disfrutando de su aventura.

Todo era perfecto e igual a lo que había imaginado por tanto tiempo. La vegetación, las cascadas de agua, lo ríos y riachuelos, los pájaros y animalitos silvestres. Lo que aún le faltaba era ver y conocer a alguna persona pequeña de la que tanto había escuchado hablar. Él era un hombre paciente y sé, que hubiera podido esperar los 15 días de vacaciones si era posible, de haber tenido la más leve sospecha de que el encuentro sucedería. Transcurrió esa tarde y al llegar la noche todos habían ubicado sus tiendas de campaña y se disponían a reunirse frente a una fogata que el guía había preparado para así reposar y comer antes de ir a descansar. Ese día estuvo lleno de emoción y alegría, pero aún no terminaba. En su camino escucho un sonido extraño para él que, según le explicaron, provenía de una rana. Una especie rara de ranas que dijo no conocer y que esperaría el amanecer para buscarlas.

Al amanecer de su segundo día, Nicky despertó con el rico aroma del café que recientemente habían preparado en una nueva fogata. Ese día sirvieron unos pancitos rellenos que, junto al café y al verdor de la mañana, se complementaron organizando el comienzo de un día perfecto. Al empezar la jornada recorrieron mucho bosque el cual estaba aún húmedo por el rocío de la madrugada pero eso no impidió que Nicky buscara la especie de ranas que había escuchado la tarde anterior. Caminaron un trecho y como era de esperarse, escucho nuevamente ese sonido. Era un sonido que atrapó realmente su atención y curiosidad.

En el recorrido, pudo compartir con su amigo quien también mostró mucha alegría de verlo y en su conversación, siempre se aseguraba de que su amigo supiera que él sabía mucho de este tipo de excursiones de aventura, por lo que le contó todo lo que sabía acerca de lo que había leído del Roraima y también del sonido que le inquietaba. En la medida que iban hablando, emocionados con el tema, se fueron alejando del grupo, tanto que de repente ya no los escucharon más.

Nicky y Jessi, su amigo, sin entrar en pánico procuraron llamar, pero se dieron cuenta que no tenían señal, Jessi quien comenzaba a desesperarse, intentó gritar y Nicky, poniéndole la mano en la boca le dijo en un grito susurrado,

Antes de quitarle la mano de la boca le explicó la razón y le pidió que por favor, sea que creyera o no, que no gritara y Jessi asintió. Sin saber a dónde iban siguieron caminando y de pronto se empezó a escuchar nuevamente ese sonido, aún más agudo y penetrante. Nicky y Jess sin disminuir su andar, siguieron la ruta auditiva que les iba indicando. Caminaron hasta llegar a un gran claro y decidieron quedarse allí porque decían que cuando el resto del grupo se diera cuenta que no estaban, los buscarían en helicóptero y en ese claro los encontrarían más rápido. El sonido que hasta ese momento era ensordecedor, disminuyó pero comenzaron a sentir que la tierra donde estaban se calentaba y empezó a emerger de ella una gran neblina que lo cubrió todo . El lugar que hasta ese momento lo había cubierto una gran obscuridad comenzó a tomar un color que con palabras no se podía describir. Por un instante hubo tal temperatura y claridad que se sentía como si el tiempo y la tierra se hubiesen paralizado. Nicky, como en una visión, caminaba hacia el frente y Jessi no podía emitir ni una palabra o mover algún músculo de su cuerpo. Quiso llamarlo, pero sentía que sus palabras se quedaban encerradas en su boca, presas de miedo.

En un intento de ayudar a su amigo, quien creía hipnotizado, Jessi logró retomar sus movimientos, corrió y lo tomó por la franela pero fue en vano. No pudo retenerlo. Nicky continuó caminando y de pronto, como si ángeles del cielo lo llevaran en sus alas comenzó a ascender y Jessi sintió que ya no podría hacer nada más.