Señoras y señores, saludos cordiales. Estamos aquí transmitiendo en vivo y directo a través de Fuchi TV, desde la parte inferior del fregadero de la cocina de mi casa, y nuestra invitada de hoy es nada más y nada menos que la Cucaracha Martínez, también conocida como “el Diablo cuando vuela”. Y sin más pajonal introductorio, vamos a la entrevista.

¿Cómo está, señora Cucaracha?
Muy bien. Gracias por la invitación.

¿Cómo es eso de que las hormigas le comieron la patica principal?
Eso fue por culpa del gato.

¿Cómo así?
El gato me corrió porque quería comerme y me metí en un hormiguero, pero el hueco era estrecho y las hormigas me arrancaron una pata.

Pero no se le ve mocha como a la cabra de Josefita Camacho.
Es porque ahí mismo nos nace una pata nueva. Esa es una buena ventaja. En cambio, si a una mujer se le caen las lolas será bien difícil que le salgan dos nuevas.

En una canción antigua de México se dice que usted es fumadora.
A veces me fumo un cigarrillo, especialmente después que mi novio viene un rato a mi cueva. Pero veo que el humo me cae mal.

¿Por qué?
Porque me entra como una especie de alegría y me da por volar de una pared a otra.

¿Y es cierto que usted ya no quiere caminar?
Eso es embuste. El que no camina lo matan las enfermedades o el hambre hereje que por cierto está pegando bien duro en estos días.

¿Es verdad que usted se compró diez vestidos con un centavo que se encontró debajo de la mesa?
Claro que sí. En ese entonces todo el mundo se enamoró de mí. Esa es la magia de todo aquel que tiene dinero.

Y entre tanto admirador, ¿por qué escogió usted al ratón Pérez?
No tanto por lo buenmozo, sino por lo trabajador.

¿Y en qué trabaja ese roedor?
Bueno, se la pasa rondando las casas ajenas y le abre agujeros a las bolsas de comida que reparte el gobierno.

¿Y eso no es peligroso?
Claro. Es lo que yo le he dicho. Un día de estos lo van a aplastar.

No. Me refiero a que si no es peligroso comer esas harinas amarillas que tapan el colon.
Bueno, creo que sí, porque hace como un mes que no va al baño y a veces lo noto con los ojos explayados mirando hacia las nubes, como rogando al cielo.

¿Por qué a usted la conocen como el terror de las mujeres?
No es porque les robe los maridos, pero debe ser porque cada vez que me ven pegan un alarido.

Pero si usted es tan pequeña.
Dicen que se imaginan que me les voy a subir por las piernas y me les voy a introducir en no sé dónde. Por eso es que me temen.

Hay otros que la ven a usted y dicen: “Guácala”.
Más guácala deberían decir cuando ven ciertas cosas que no se ven muy a menudo.

Se nota que usted es algo torpe cuando vuela.
Es cierto. Eso de ser piloto de vuelo es un oficio que no se hizo para nosotras. Por eso es que a veces aterrizamos justo en la cabeza de alguien que ande por allí. En esta vida debemos ser sinceros, si notamos que hacemos una cosa mal, debemos apartarnos de allí y dejarle la tarea al individuo que sea más competente. Por eso es que el mundo está loco, porque pocos son capaces de reconocer sus límites.

El rey de la selva me confesó que le tiene terror a usted cuando la ve volando.
Así es de irónica la vida. Tan machotes que se ven algunos y todo el miedo que le tienen a un pobre insecto.

¿A qué famoso le ha echado usted algún sustico?
A varios: a Arnold Schwarzenegger, al Conde del Guácharo y a Juan Barreto.

¡Guau! Me hubiera gustado ver corriendo a Juan Barreto.
Me acuerdo que con la carrera que echó produjo un sismo de cinco grados en la escala de Richter.

¿Qué se siente cuando se es despreciado por el 99 por ciento de la humanidad?
Pura indiferencia. A veces creo que me siento orgullosa por todo el miedo que me tienen. La misma pregunta es bueno hacérsela a ciertos políticos. Las cucarachas no nos metemos con nadie, en cambio hay personas que nacieron dañinas por demás.

¿Qué significa: Con qué trasero se sienta la cucaracha”?
La gente es muy dada a burlarse de los defectos físicos de los demás, pero se olvidan de los defectos que llevan encima. Los medios le meten a la gente en la cabeza que las mujeres deben tener el trasero como Niki Minaj. Sin embargo, esa frase se usa para hacer alusión a la enorme pelazón que padece todo el mundo aquí en Venezuela.

¿Y esas antenas para qué le sirven?
No son de adorno como los cachos de algunas personas, sirven para detectar vibraciones y olores.

¿Cuál es su mensaje para los televidentes?
Les aconsejo que fumiguen y eliminen las ratas. Que fumiguen sus vidas de todo aquello que no les convenga, porque el que se va no hace falta, hace falta el que vendrá.

Excelente mensaje, señora Cucaracha. Bueno, queridos televidentes, gracias por su amable atención. Hasta el próximo animal. ¡Chao!

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Invitación: @mariami
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Fotos tomadas con un Huawei Honor 7S

Etapas anteriores al dibujo de la portada: