El Juego del Diario 08/04/21 | Día de desastres reposteros

Me desperté bien temprano porque necesitaba que el día me rindiera para todo lo que tenía pensado hacer: una torta de chocolate, un cheesecake y 70 tequeños. Yo trabajo por encargo, pero esto en especial era parte de un regalo/sorpresa, es decir, no era un pedido, podría trabajar con calma, sin embargo debía dejar todo listo con tiempo.

En fin, me hacían falta algunas cosillas para este día y el siguiente, que sería el cumpleaños de mi mamá, donde también tendría que hacer muchas cosas, no porque fuese una fiesta, sino para evitar que hiciera oficios en su día y que se tomara un descanso. Fui al supermercado en busca de ingredientes para la comida de mañana, así como lo que haría hoy.

Luego de emprender un camino en el que se me ocurrió poner a prueba el uso de doble tapabocas que, honestamente creo que sólo es una excusa para asfixiarnos a todos (mentira, pero sí sufrí). Donde vivo hacían unos 29°C, imaginen el calor, sudor, doble mascarilla y un protector facial, me sentía en una realidad virtual después del apocalipsis.

Empecé haciendo los bizcochos y mientras enfriaban preparé el relleno y la cubierta, luego hice la masa de los tequeños, para comenzar más tarde con la preparación del cheesecake. Cuando por fin me tocó cubrir la torta, esta comenzó a desmoronarse y pensé "tranquila, no es nada que no haya pasado antes, puedes solucionarlo" además, en esta primera capa siempre suelen caer migas. Pero no, el primer error que cometí fue cambiar uno de los ingredientes, así que la cobertura era súper pesada e hizo que se viniera un pedazo de bizcocho. Alcancé un punto que sabía no sería tan sencillo de reparar, así que respiré profundo y como esta torta de hecho era mi regalo para la cumpleañera, sólo la transformé, a estas alturas estaba demasiado agotada como para seguir intentando y terminar con una torta que no resultara bonita, además, ya me di cuenta que la cobertura no serviría. Mi torta terminó siendo unas deliciosas trufas.

El resto salió bien o a menos eso creía, el cheesecake se veía perfecto, pero al día siguiente me tocó desmoldarlo para cubrirlo y algún fenómeno que habrá ocurrido en el horno se hizo notar ahorita, se agrietó un poco, pero después fue por completo (INSERTE GRITO). Mi postre se dividió como Colombia y Venezuela, tomé la misma decisión de respirar profundo para pensar en resolverlo, al final lo metí de nuevo en el molde y le hice una cobertura con galletas. Lo único que me enorgullece después de todo es que puedo decir con la mano en el corazón que estaba delicioso, mis errores fueron técnicos y no de sabor, de igual forma seguiré practicando.