Buenas noches estimados compañeros de la comunidad, tenía tiempo sin dedicar unas líneas a la comunidad debido diversos factores que hicieron que me alejara un poco del mundo cibernético y de las redes sociales, pero gracias a Dios ya estamos nuevamente por aquí.

Para hoy Lunes de escritura quisiera compartir una breve anécdota que nos sucedió el día de hoy en la oficina, para los que no lo saben mi profesión es Ingeniero Agrónomo y me destaco trabajando como especialista de negocios agropecuarios en una entidad financiera en Venezuela, lo cierto es que hoy como todos los días todos mis compañeros de trabajo nos reunimos bien temprano para realizar una charla sobre las ultimas pautas y directrices realizadas por nuestros jefes en el edificio central y programar todas las actividades del día de hoy y de toda la semana.

El caso es que la mañana transcurre bajo un ambiente normal depósitos y retiros en cuentas de divisas y nacionales, aperturas de cuentas, entregas de tarjetas de débito, en fin un día normal, hasta que le llegó el turno a un comerciante que asistió a la institución a realizar un reclamo ya que el BCV dictamino un nuevo monto de cobranza en los terminales de venta o lo que se conoce como punto de venta donde la comisión que se está cobrando por ley es de aproximadamente 20$ o su equivalente en bolívares, lo cierto es que el señor iba muy molesto ya que tiene un comercio donde tiene 4 puntos de venta es decir a este cliente el banco le hizo un debito de 80$, suma que en nuestro país es bastante elevada. Al momento de que el cliente era atendido por una de nuestras compañeras de atención al cliente el señor iba subiendo cada vez más el tono de su voz diciendo que esto no puede ser, que le devolvieran su dinero, hasta el punto en que el mismo cliente alzo un grito exclamando ¡Ah no pues esto es un atraco!.

Una palabra no muy bien vista en una institución bancaria en ese momento todas las personas que iban a realizar depósitos se fueron a la oficina del Gerente de servicio tratando de salvaguardarse fue un alboroto donde todos activamos nuestros botones de pánico lo que encendieron las alarmas de la sala de control de seguridad, activando de esta manera las alarmas, recibiendo de inmediato la llamada de sala de control en la que pudimos aclarar que se trataba de un mal entendido evitando así que llegara alguna comisión de equipos de seguridad del estado. Se pudo conversar con el cliente para que bajara el tono de voz y se calmara y poder ofrecerle alternativas de solución a su problema.

Afortunadamente al final de la tarde todo fue una conmoción un mal rato y un chiste para bromear antes de la salida de la oficina y estoy seguro que será un tema de conversación para la próxima reunión entre las oficinas.