SEC-S18-W1: Una Historia con mi cámara | "La respuesta de Dios"

Cuando Elvira llamó por teléfono a Julia, su mejor amiga, para que la acompañara la mañana siguiente a la iglesia, esta en seguida le preguntó, con una de esas ocurrencias tan propias de su carácter: "¿Qué pasó, soñaste con el diablo?" No, no era eso, estaba muy preocupada por su hija Marinés y quería pedirle a Dios por ella. Hacía mucho tiempo que no asistía a misa, era verdad, y Julia, esa alocada mujer que decía siempre que las iglesias eran los lugares más aburridos del mundo, no era la mejor compañera para ir a la casa del Señor, pero no había nadie más a quien pedírselo y ella no quería andar por allí sola con esos mareos que le estaban dando últimamente.

Después de varias semanas en la universidad, Elvira soñaba con que Marinés haría la carrera de Ingeniería de Sistemas en un santiamén. "Esto es lo que quiero estudiar, mamá", le había dicho con tanto entusiasmo que ella le dio gracias al cielo porque, al fin, su hija había encontrado algo que le atraía. Y aunque al principio tuvo sus dudas porque estaba consciente de que a ella nunca le habían gustado las matemáticas ni ninguna de las ciencias exactas, desechó sus temores porque, desde los primeros días, Marinés hablaba con efervescente pasión de las materias, de los profesores, de sus compañeros de clase; además reconocía con mucha tristeza que había graves problemas en la institución, pero aseguraba que nada la detendría, que se esforzaría para obtener ese título que la convertiría en una flamante ingeniera.

Sin embargo, dos meses más tarde, en los momentos en que Elvira estaba convencida de que todo marchaba sin problemas, su hija le comunicó muy seria que ya no continuaría en la universidad. Fue un golpe tan duro y repentino que no supo qué hacer. Marinés pensaba marcharse del país tal como ella le había advertido tantas veces que no lo hiciera: sin ninguna preparación académica, sin ningún título con el que defenderse en esas tierras tan lejanas y tan extrañas. Era tan radical su decisión que aseguró que nunca más pisaría una universidad ni nada parecido y hasta borró del teléfono las fotos que tenía con sus amigos en el aula de clase.

Esa mañana, en la iglesia, le oró a Dios con una fe desesperada para que despertara la conciencia de Marinés, para que le indicara el camino que más le convenía y para que no fuese a pasar tanto trabajo si finalmente se marchaba de casa. Julia, quien caminaba a su lado tratando de animarla, le aseguró que ella también había rezado por la muchacha, pero de inmediato agregó, con su sempiterno tono de broma, que igualmente les había rogado a los santos que le mandaran un marido rico para ella, pero habían entendido mal porque lo único que las había perseguido desde que salieron de la iglesia era ese perro blanco con cara de desahuciado.

Elvira sonrió, a pesar de su tristeza, y volteó para observar el animalito que venía detrás de ellas como si las conociera de toda la vida. Caminaba con dificultad porque tenía herida una de sus patas traseras y su pelaje que debía ser blanco lucía el sucio color del polvo y el barro acumulado de la calle. "Vete para otro lado, bicho feo, que así no era el novio que yo quería", gritó Julia para espantarlo, pero el manso can continuó persiguiéndolas y cuando Elvira abrió la puerta corrió y se sentó en el porche.

En cuanto Marinés lo vio, le trajo agua y un poco de comida, pero advirtió para que Julia y su madre la escucharan, que ese perro debía marcharse de inmediato porque en su casa no podía quedarse. Al día siguiente, sin embargo, cuando la muchacha se levantó, el animalito continuaba en el mismo sitio y se la quedó viendo con unos ojos tan desesperadamente amorosos que ella decidió aplicarle una cura en su pata trasera y bañarlo con el fin de quitarle de encima tanto tiempo de suciedad...

Esa misma noche, Marinés le dijo a su mamá, con una voz sincera y emocionada, que quería ser veterinaria, ningún oficio le parecía tan noble y tan hermoso como ese. Volvería a la universidad… Y Elvira entonces le agradeció a Dios porque, a través de los más intrincados caminos, atiende a quienes lo necesitan.

---

---

---

---

---

Invito a los amigos:
@fannyescobar,
@sol02 y
@mariluna

---

_{Nota: Todas las imágenes son propiedad del autor y fueron tomadas con la cámara del teléfono móvil, modelo: Samsung SM-A135M.}