Nuestra amiga @anasuleidy nos invita a uno de sus acostumbrados concursos; esta vez tiene que ver con antigüedades, puedes leer más aquí para que también participes, invito a: @turituri, @aplausos y @marisolramirez a mostrarnos los elementos que tengan a su alrededor que puedan ser considerados como cosas antiguas.

Lo antiguo se vuelve curioso para quienes no han conocido nada parecido; los jóvenes y niños se entusiasman cuando les contamos aquellas anécdotas que tienen que ver con nuestra historia que guarda hechos o elementos, que ellos no conocieron, o cuando los llevamos a lugares donde se pueden ver este tipo de colecciones. En esta oportunidad, gracias a la iniciativa de @anasuleidy, Steemit se vuelve una galería de antigüedades que seguramente será muy variada y fascinante.

Dedico este post a mis cuatro nietos que adquieren aprendizaje en esta red: @davidjm, @leito21, @eileen30 y @danieljm.

El fuerte.

En mi infancia era común ver monedas que iban desde un centavo hasta la de más denominación, que valía cinco bolívares se le llamaba "fuerte", otros le decían “cachete”, pero el término más conocido era el “fuerte”. Esta era de plata, yo conservo la que les muestro en la fotografía.

Nuestra moneda realmente era fuerte con ella podíamos comprar muchas cosas, ella tenía mucho valor. Si quisiera comprarme hoy en día una barquilla de chocolate tendría que pagar dos millones quinientos mil bolívares, pero a mis diez años con dos bolívares y cincuenta céntimos podía hacerlo, o sea con este fuerte me podía comprar dos barquillas.

_{La cara de la moneda de 5 bolívares.}

_{El sello de la moneda de 5 bolívares del año 1936.}

El Casete.

La otra antigüedad que les muestro es el casete, este contenía una cantidad de cinta magnética embobinada que contenía música, fue sustituida en los años noventa por el Disco compacto o CD.

Para utilizar estos casetes necesitábamos el equipo de grabación especial con el cual también podíamos grabar nuestra propia voz. A veces se aflojaba esta cinta y se arruchaba o enrollaba en el cabezal del aparato y corríamos a parar el mecanismo para tratar de solucionar. Nos volvíamos expertos recortando y empatando con esmalte de uña.

Con un bolígrafo podíamos darle vuelta, haciéndolo girar sobre el mismo para correr toda la cinta hacia un solo lado, cuando el aparato no hacía la función de adelantar o retroceder. Conservo la anécdota de una vez que le presté a una amiga un casete de Chayanne y la hija de ella lo estaba escuchando y sin querer le dio a la tecla que no era y borró una parte del mismo; ella resolvió cantando y grabándose a sí misma para sustituir con su voz la parte borrada.

Una antigüedad, como pueden ver, está llena de historias, y es grato recordarlas porque nos confirma que hemos vivido y estamos llenos de experiencias enriquecedoras que muestran que todo cambia.

_{Se conserva como nuevo, bien cuidado puede durar mucho tiempo con calidad de sonido inclusive.}

De esta manera concluye mi participación en el concurso propuesto por @anasuleidy que puedes leer aquí.

Mi contenido es original
Las imágenes me pertenecen fueron tomadas para hacer esta participación.