La Naturaleza siempre nos sorprende con sus hermosos seres vivos, hoy me regalo la oportunidad de apreciar la belleza de esta pequeña ave, conocida como tucusito, colibrí o picaflor, al salir al jardín de mi casa a tempranas horas de la mañana, veo a esta ave tirada en el suelo, lo sostuve en mi mano, por un momento creí que estaba muerto, me quede observando fijamente su pecho cuando note que aun respiraba, lo acaricie e inmediatamente abrió sus ojos y sus alas y note que una de ellas estaba herida, intente dejarlo sobre un árbol, luego pensé que podía volver a caerse, así que lo sostuve un rato mas, mientras admiraba su hermoso colorido, su pico bien delgado y largo, especial para obtener el néctar de las flores.

Estas aves vuelan con un sensacional batir de sus alas, para desplazarse, es sorprendente su acelerado revoloteo de alas, dedicando su vida a polinizar nuestras flores de toda nuestra geografía venezolana.

El Tucusito, como lo llamamos en nuestro país, son símbolos de Venezuela, ya que hace algunos años, en la década de los 60, y hasta la actualidad se escucha un aguinaldo dedicado a ellos, y dice así ¡Tucusito Tucusito, llevame a cortar las flores! interpretado por un coro infantil.

Esta diminuta ave es mas fuerte de lo que pensaba. Al poco tiempo de sostenerlo en mis manos, alzo su vuelo hacia los arboles, no estaba tan débil como lo creí.

Y de Pronto fue un día de suerte lograr apreciar esta inquieta ave en mis manos. Son bendiciones y regalos de la naturaleza.