Lunes de Escritura: 13-12-2021. Dios ¿Existe? PARTE 1: Pedir la Bendición. Por @carmenserrano
Saludos a toda la comunidad de #steemvenezuela, es un gusto escribirles el día de hoy, esperando que se encuentren en familia, rodeados de amor, paz y mucha salud física y espiritual. Hoy comparto con ustedes una experiencia personal de mi infancia. Esta es la primera parte de este mensaje, el cual dividí en dos entregas.
¡Dios si Existe! Parte 1: Pedir la Bendición. Por @carmenserrano
En Venezuela, el saludo tradicional entre padres e hijos es el “pedir” y “dar la bendición”, pero en casa era diferente, saludábamos a nuestros padres con un simple: buenos días, buenas tardes, buenas noches, según correspondiera. Un día le pregunte a mi padre:
-Papá, ¿por qué nosotros no pedimos la bendición? Su respuesta fue simple y clara: -Porque Dios no existe. Él me dijo eso “DIOS NO EXISTE” y yo le creí ciegamente, porque para mí, papá nunca se equivocaba.Mi papá era metafísico, él creía en “el poder de la mente”. En casa se la pasaba horas y horas meditando, se sentaba con los pies cruzados y quedaba totalmente inmóvil por largo tiempo, cuando él hacía esto, mis hermanos y yo debíamos permanecer en silencio total, ningún ruido se podía hacer en casa, porque de lo contrario era “peligroso para él”.
Un día me atreví a preguntarle a mi mamá sobre esto:
-Mamá, ¿Por qué papá se queda así como paralizado por largo tiempo?
–Lo que pasa –respondió ella- es que tu papá se “transporta”, es decir, que su espíritu sale de su cuerpo y se va a otro lugar y el menor ruido puede causar una interrupción que quizás le impida regresar a su cuerpo y morir
¡Guaoo! Para mí esto fue lo máximo, yo tenía un súper papá con poderes especiales!!. Yo no sé si los demás metafísicos creen en Dios, pero mis padres me enseñaron que Dios no existía, que nosotros teníamos internamente un poder creador, que los pensamientos eran cosas y se podían manifestar en nuestras vidas con solo desearlas… piensa lo bueno y se te dará nos decían todo el tiempo y yo les creía, porque ellos eran mis padres y los padres no enseñan mentiras a sus hijos (eso pensaba yo).
Cuando yo tenía ocho (8) años mis padres se divorciaron. Mi mamá nos llevó a dos de mis hermanos y a mí a vivir en casa de mi abuela. Mi abuela vivía a 12 horas de distancia de mí casa, yo no quería separarme de mi mamá, pero esa no era mi decisión.Por supuesto que el saludo de nosotros seguía siendo el mismo: buenos días, buenas tardes, buenas noches, nosotros no pedíamos la bendición. Mi abuela nos miraba
con cierto recelo, hasta que un día nos dijo:
-¿Qué es esa pendejada de buenos días, buenas tardes, buenas noches? ¡En esta casa “se besa la mano”! Así que ustedes, desde hoy me besan la mano caramba!
En Venezuela, el saludo tradicional entre padres e hijos es el “pedir” y “dar la bendición”, pero en casa era diferente, saludábamos a nuestros padres con un simple: buenos días, buenas tardes, buenas noches, según correspondiera. Un día le pregunte a mi padre:
-Papá, ¿por qué nosotros no pedimos la bendición? Su respuesta fue simple y clara: -Porque Dios no existe. Él me dijo eso “DIOS NO EXISTE” y yo le creí ciegamente, porque para mí, papá nunca se equivocaba.Mi papá era metafísico, él creía en “el poder de la mente”. En casa se la pasaba horas y horas meditando, se sentaba con los pies cruzados y quedaba totalmente inmóvil por largo tiempo, cuando él hacía esto, mis hermanos y yo debíamos permanecer en silencio total, ningún ruido se podía hacer en casa, porque de lo contrario era “peligroso para él”.
Un día me atreví a preguntarle a mi mamá sobre esto:
-Mamá, ¿Por qué papá se queda así como paralizado por largo tiempo?
–Lo que pasa –respondió ella- es que tu papá se “transporta”, es decir, que su espíritu sale de su cuerpo y se va a otro lugar y el menor ruido puede causar una interrupción que quizás le impida regresar a su cuerpo y morir
¡Guaoo! Para mí esto fue lo máximo, yo tenía un súper papá con poderes especiales!!. Yo no sé si los demás metafísicos creen en Dios, pero mis padres me enseñaron que Dios no existía, que nosotros teníamos internamente un poder creador, que los pensamientos eran cosas y se podían manifestar en nuestras vidas con solo desearlas… piensa lo bueno y se te dará nos decían todo el tiempo y yo les creía, porque ellos eran mis padres y los padres no enseñan mentiras a sus hijos (eso pensaba yo).
Cuando yo tenía ocho (8) años mis padres se divorciaron. Mi mamá nos llevó a dos de mis hermanos y a mí a vivir en casa de mi abuela. Mi abuela vivía a 12 horas de distancia de mí casa, yo no quería separarme de mi mamá, pero esa no era mi decisión.Por supuesto que el saludo de nosotros seguía siendo el mismo: buenos días, buenas tardes, buenas noches, nosotros no pedíamos la bendición. Mi abuela nos miraba
con cierto recelo, hasta que un día nos dijo:
-¿Qué es esa pendejada de buenos días, buenas tardes, buenas noches? ¡En esta casa “se besa la mano”! Así que ustedes, desde hoy me besan la mano caramba!
Por supuesto que yo no entendía a qué se refería ella y mucho menos porque estaba tan molesta, le pregunte: -Pero abuela, ¿Qué es eso de “besar la mano”?
-¿Cómo es la cosa? ¿Tú no sabes que besar la mano es lo mismo que pedir la bendición? -dijo ella muy asombrada.
-¡AAhh! Abuela, lo que pasa es que nosotros no pedimos la bendición porque no creemos en Dios!! –respondí yo con seguridad.
-¡Muchacha del carrizo! ¡Que barbaridad tan grande tu estas diciendo! ¿Cómo es eso de que ustedes no creen en Dios? ¿Qué te enseñó tu mamá? –mi abuela estaba realmente impactada con lo que yo le decía.
-Abuela, lo que pasa es que nosotros no creemos en Dios, porque Dios no existe. Yo traté de explicarle a mi abuela todo eso de la metafísica, del poder de la mente, de que los pensamientos son cosas, que tenemos un poder creador…. Todas las ideas que mi papá me había enseñado y en las cuales yo creía.
-¡A mí no me vengas con todas esas ideas chifladas de tu papá! –dijo ella- Y no sé qué estaba pensando tu mamá, yo no le enseñé eso a ella. ¡Ese fue el loco de tu papá que le “lavó” el cerebro a ella y a todos ustedes!
Por supuesto que a mí no me gustó como se expresó mi abuela de mi papá, llamando loco, vago, mantenido y todo un repertorio de insultos que para mí no tenían sentido.
-Pero abuela, entienda –le decía yo- mi papá es un metafísico, lo que pasa es que usted es una mujer de campo y no entiende estos temas, pero si usted deja que yo le explique…
-¡A mi tú no me explicas nada! ¡En esta casa se pide la bendición y punto! –fueron sus palabras y se fue a la cocina.
Mis hermanos me sorprendieron, ellos no tenían problemas en pedir la bendición, pero yo me negaba a hacerlo, iba en contra de mis creencias, así que mi abuela me “disciplinó” muchas veces por este motivo. Un día mi abuela me dijo:
-Bueno, como tú te la das de rebelde, no te voy a dar comida hasta que me pidas la bendición ¡Así que tú decides si no te quieres morir de hambre!
¡Caramba! ¡Que palabras tan duras! Yo quería a mi abuela, pero no entendía porque se comportaba tan cruel conmigo, solo por un “simple saludo”.
Al final del día, yo tenía mucha hambre, me acerqué a mi abuela y le dije: -Abuelita, ¡tengo mucha hambre!. Mi abuela solo respondió: -Pide la bendición! . Yo lo pensé mucho, me costaba decir esas palabras que ella quería escuchar. Finalmente le dije llorando: -Esta bien abuela, te voy a pedir la bendición, pero no me contestes ni me digas “Dios te Bendiga” porque yo no creo en Dios!. Ella solo me dijo: -Pide la bendición!. Entre lágrimas le dije: -¡Bendición abuela, bendición! , -¡Dios te bendiga! Respondió ella y me dio
de comer.
Leo tus palabras amiga y no se me hace para nada difícil creer todo eso, por que yo también tuve una abuela fuerte, como dice mi mamá, esos viejos de antes eran tremendos, mi abuela era algo así como media santera, y se burlaba de mi por que yo era testigo de jehova en ese tiempo, un día me paro en medio de toda la familia y me dijo, anda predicame, yo solo baje la cabeza y molesto le dije, la biblia dice que no ahi que darle los tesoros a los cerdos, y lo que recuerdo fue un chancletazo en la cara.
Mi mamá se molesto mucho por eso, le dijo que ya no se metiera con su hijo, ese día nos fuimos de ahí por que mi abuela nos corrió, a los años, mi abuela cambio un poco, pero siempre me trato seco, yo igual la saludaba, con mucho respeto y le pedía la bendición.
Dios mío todos debemos respetar las creencia de cada quien y sobre todo de como criamos a nuestros hijo, y las creencias salen de nuestro corazón no porque otros nos obliguen a pensar igual que ellos, las personas de antes se les hacía tan fácil castigar a los niños no sé si es por un capricho pero de verdad que eran personas de un caracter fuerte y lo peor es que nadie ni nada los sacaba de lo que pensaban.
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