Me he dado cuenta que veo a mi alrededor y es como si todos estuviésemos en automático, veo la vida correr y que nadie es feliz realmente.Tienen un concepto de felicidad un tanto mediocre, vacío y temporal que me lleva a pensar.

Busqué esas cosas que llenaban mi corazón, recordé momentos donde nada más existía que yo y ese hermoso sentimiento de euforia o amor. Me encontré en bailes espontáneos, en risas con amigos, en la playa solo flotando entre las olas del mar, me encontré entre letras y poemas, y en muchos casos, junto a mi pequeña adoración que tiene como nombre Lupe, con su colita y sus 4 patitas me hacen bien feliz.

Me di cuenta que mi felicidad no radicaba en cosas materiales, ni tampoco en compartir frases motivadoras en redes sociales que no llegaban a ningún lugar más que a una masa de personas con ese mismo sentimiento de vacío que me encontraba.

Así que decidí salir de la pantalla, ver con mis propios ojos mi vida y disfrutar realmente.

Ya no busco distraerme haciendo algo, busco sentir placer al hacer las cosas. Busco felicidad real, duradera.