Agradecida primeramente con Dios porque solamente con el hecho de haberme permitido abrir mis ojos nuevamente, ya es una gran bendición para mí. En ésta agradable oportunidad tengo el maravilloso placer de encontrarme una vez más por acá para unirme a ustedes a través de la dinámica de hoy bajo la temática de "escritura".

Y de tal manera compartir con ustedes un cuento inédito creado por mí, referente a un loro travieso que le gustaba hacer muchas bromas a los demás; por tal motivo les hago la amable invitación a que sigan leyendo 👀. Ya sin más preámbulos, mi cuento dice así...

Érase una vez un loro llamado Claudio, él era muy bromista siempre andaba con unos juegos para todo y no tomaba nada enserio.

Un día llegó una vecina nueva, Tita la lagartija; él sin conocerla y sin pensarlo comenzó a echarle broma... Que era muy flaca, que era bien rara, que esto y que lo otro. Por otra parte, Tita sólo lo observaba fijamente y guardaba silencio.

Claudio siguió con el chalequeo, ella sin decirle nada sólo agachó el rostro y se retiró del lugar. Al llegar a su casa reventó en llanto pues era muy susceptible con respecto a su falta de peso y a la vez también tímida como para expresarlo justo cuando viene llegando.

El loro travieso notó el cambio drástico en el rostro de Tita; lo que lo incomodó y (raramente) le preocupó. Claudio se sentía muy mal, y se preguntaba a sí mismo el porqué se sentía de tal manera y no lograba encontrar respuesta.

De repente llegó Man el caimán y por supuesto observó a Claudio muy extraño, motivo por el cual le preguntó preocupado:

– ¿Qué te sucede Claudio? Tú no eres así, estás muy extraño; todos los que vivimos en el vecindario sabemos que no nos puedes ver a ninguno porque ahí mismo empiezas a echarnos broma con cualquier cosita.

Claudio muy pensativo le respondió:

– Tienes toda la razón mi querido Man; no tengo el mismo ánimo de siempre, ¡Qué bien me conoces! Lo que sucede es que se mudó una nueva vecina (Tita) ¿Ya la viste?.

Man: – ¡Oh sí claro! Jaja y ¿Cómo no saberlo o verla? Si es que la Titita es mi prima, ciertamente se mudó justo para nuestra casa y a propósito llevo rato sin verla. Temprano andaba un poco extraña y no sé porqué. Pero bueno no he parado de parlotear desde que mencionaste a mi prima, termina de contarme lo que te sucede.

Claudio: – ¿Cómo? ¿Es de verdad que Tita la lagartija es tu prima?

Sisi somos primos lejanos fíjate, fíjate, fíjate. ¿Por qué? ¿Qué te sorprende? Y lo más importante ¿Qué sucede con mi prima?

Claudio muy avergonzado le respondió:

– Tranquilo tranquilo, ¡Nada del otro mundo! Lo que pasó realmente fue que al verla comencé a echarle broma (tú sabes cómo soy yo) pero no sé, creo que como que me pasé de la raya. Porque ella agachó su cabeza y en su rostro (especialmente en sus ojos) pude notar algo que causó tristeza en mi corazón por como la hice sentir.

Man: – ¡Qué broma! ¿Cuántas veces tengo que decirte que dejes de jugarte así con las personas que aún no conoces? No todos somos iguales y por ello no tenemos el mismo carácter.

Ok con las personas que te conocemos porque sabemos que eres así pero ella de seguro y se tomó en serio todo lo que le dijiste. Si precisamente por eso se vino a pasar unas vacaciones para acá, porque por donde vivía le hacían mucho bullying los vecinos.

¡Wao Man no sabía que eso fuese así! De verdad estoy muy arrepentido. Pero ella ni siquiera me dijo algo al respecto, sólo se escondió.

¿Pero qué quería que te dijera? Si ella es súper tímida, cuidado si es que ya no se fue por tu culpa más bien.

Claudio el loro y Man el caimán fueron en búsqueda de Tita la lagartija rogando de encontrala en casa. Al llegar a la casa; Man fue a buscarla en su habitación, justamente estaba llorando y él muy conmovido por la situación la abraza y le dice:

– No he venido a preguntarte nada y mucho menos a juzgarte, ya lo sé todo. Más bien lávate el rostro y ven, que tengo una sorpresa para tí.

Ella le sonrió, le dió las gracias, fue a lavarse el rostro y bajaron juntos. Cuando llega a la sala mayor sorpresa de quién estaba allí.

Claudio al verla inmediatamente la abrazó y le dijo:

– He venido hasta aquí por tu perdón, de verdad estoy muy arrepentido. Si no me quieres hablar lo entenderé, pero sólo quiero que estés bien y saber que me perdonas. Sólo así me iré en paz, yo de verdad no sabía que ibas a reaccionar así, perdóname por favor.

Tita: – No te preocupes Claudio, te perdono. ¿Y cómo que no te voy a hablar? De seguro seremos grandes amigos. Muchas gracias por venir, no te imaginas cuánto bien me ha hecho, y gracias a tí también primo por tu apoyo incondicional, siempre que te necesito ahí estás para mí.

Los tres se abrazaron y todos vivieron felices para siempre 🦜🦎🐊.

No bromees con alguien que apenas conoces, pues no sabes la reacción que tendrá; primero pregúntate si te gustaría que te hicieran eso a tí. Ponte primero en los zapatos del otro antes de hacer algo ¡Empatía antes de todo!.