Taller el Encuentro - La conquista de El Abismo.
Capítulo 4.
Saludos Steemitnautas:
Antes de entrar de lleno en este capítulo, les indico el camino de cómo se inicia está historia con las capítulos previos, sobre todo para los que están entrando en este, sin haber leído los anteriores.
Cuando estoy en el diseño de un taller, mi manera de hacerlo implica un cierre espectacular. Ellos también lo saben y si han estado conmigo en varios eventos, esperan ese gran final.
Como ya habían sido informados, finalizando el penúltimo día, subiríamos de nuevo el Uaipan tepuy, esta vez luego del desayuno a pleno día, para una vez arriba, seguir un poco más allá sobre la planicie, para conocer El Abismo.
Para esa experiencia, de nuevo se unen por pareja, apertrechados de: agua, traje de baño, toalla, sus cámaras, ropa fresca, bien calzados, los que lo necesitasen algún bastón para apoyarse (sobre todo al regreso), una tira o bandana para cubrir sus ojos y un papagayo que les hice comprar con diseño de águila.
Serían guiados por el amigo @orinquense, ya que yo subiría un rato antes para esperarlos arriba. De esa forma podía adelantarme para lo que pensaba hacer.
Desde arriba esperé sentado en la piedra más alta, y cuando los divise, les coloque un tema musical de estilo himno o marcha para entusiasmarlos a subir a ese compas, desde ese lugar donde ahora estaba de pie.
El viento ayudo en ese sentido, porque siendo un equipo de sonido pequeño se dejaba oír en la distancia. Cuando llegaron a la planicie, procedí a bajar de la parte desde donde los observé, esperándome pacientemente, mientras tomaban un segundo aire.
Continuamos en una gran fila que encabece con el sonido marcando el paso, deteniéndonos en algunos puntos para esperar a los rezagados y percibir la energía del lugar,...
...así caminamos hasta encontrar el letrero en el piso que anunciaba que estábamos llegando.
Mucha curiosidad en el ambiente, con relación a qué esperar encontrar y a sabiendas que la cabaña que les anuncié que está en ese lugar, me sirvió de refugio para regalarme días de retiro en ocasión anterior y vivir la experiencia de estar en solitario en un sitio como ese, sin energía eléctrica, ni cobertura, cocinando a leña, en una cabaña sin puertas… casi a la intemperie. El agua para todo, se toma en la poza frente a la casa.
Me las arregle para que llegáramos todos juntos y disfrutáramos del sitio al mismo tiempo y por el mismo tiempo. Para mi sorpresa un amigo de nombre Sinael, estaba pasando un tiempo allí y fue agradable encontrarnos y compartir.
Curiosearon la cabaña por dentro y alrededor; me toco impedir que se bañaran ya que eso vendría luego, les indique para donde iríamos en el último tramo y les pedí que dejaran la gran mayoría de sus cosas allí, y al subir lo hicieran con el papagayo en la mano y sus cámaras.
Una vez más los dejo a cargo de @orinoquense para salir primero a esperar su llegada, con el sonido de otra pieza musical acorde al momento, así, a los pocos minutos partieron en mi dirección.
Al cubrir el espacio de subida, los hice detenerse, para que soltaran todo y se cubrieran los ojos. Y haciendo trencito acercarlos a donde los colocaría… y acompañado del sonido de otro tema, les hice abrir sus ojos, quitar su bandana y observar donde estaban.
Por muchas fotos que se tomen, nunca se igualará a la impresión que causa estar allí en ese momento bajo esas circunstancias y desde ese lugar tener de frente la inmensidad de un abismo que termina en bosque virgen, que dependiendo del día y la hora, se logran escuchar la variedad de criaturas que lo habitan y sus sonidos correspondientes.
El día fue esplendido con nosotros, soleado sin quemar, fresco sin frio, brisa sin riesgo, claridad para ver a la distancia, paz infinita, recogimiento instantáneo… y los participantes, entregados en silencio a la experiencia, con lágrimas, sensibilidad a flor de piel, sin palabras, y para apoyarlos más, silencie la música, para que solo se escuchara la vida.
Algunos se sentaron, otros se hincaron inclusive a rezar, los que se desconectaron más rápido exploraron la zona… abrazos, besos, consuelos… risas indefinibles, un momento realmente supremo.
Al ir pasando esa impresiones les indique que armaran los papagayos y aprovechando el viento que sube desde el abismo, los echaran a volar. Por supuesto se notó, la falta de experiencia de algunos en esa actividad, mas, de alguna manera todos en su momento lo lograron… y las fotos no se hicieron esperar.
Luego de vivir su momento entre sublime y alegría, los reuní para la foto grupal para luego bajar a darse el baño en la poza y merendar lo que hayan traído.
Luego de un rato de esparcimiento, procedimos a regresar, porque debajo de seguro nos esperaban los trasportes, para luego de almorzar, nos regresarían a Sta Elena, y desde el terminal regresar a Ciudad Bolívar.
Espero de corazón que esta historia de vida, esta experiencia maravillosa, contada en 4 capítulos les haya agradado, aparte de descubrir una vez más, la grandeza de nuestra tierra. Gracias por leerlo.
Gracias... gracias... gracias... a: @steemitblog por esta esta plataforma y la oportunidad de tener una ventana en la que podamos dejar nuestras vivencias. También doy gracias a @steemcurator01 @steemcurator02 @steemcurator03 por todo su apoyo a este proyecto
Que impactante es verlo, no puedo imaginar lo que sintieron aquellos que lo vivieron en primera fila, gracias por compartirlo. 🥰
Gracias... eso es lo bueno. te pueden adelantar muchas fotos y hasta que no estas allí, no sabes lo que es.
Uno de esos lugares tan mágicos que te atrapan al punto que sientes que debes quedarte ahí para siempre..
Que fantástica experiencia. He escuchado muchísimo al respecto